Despiden a Donaly llamándole “mi angelito”
Al sepelio acudieron cientos de comunitarios conmovidos tras este hecho, quienes mostraron su solidaridad al acompañarlos en su camino de lado del vehículo fúnebre mientras se trasladaban desde la residencia ubicada en el sector Cienfuegos hacia el cementerio.
Expresiones de dolor y angustia eran escuchadas al momento del entierro y de que los familiares vieran por última vez a Donaly Joel.
En un determinado momento todos se unieron al momento de silencio que luego de unos minutos, fue irrumpido por clamores como “ay mi angelito” por parte de los familiares que externaban su indignación.
Dentro de su llanto y a manera desesperanzada la tía de Donald Joel se sostenía del nicho en el que su sobrino descansará en paz, afligida por no volver a compartir con “su muchachito”.
Canciones a alto volumen
Canciones de dolor y muerte, como “Policía, no me mates”, colocadas en enormes bocinas, y decenas de personas en motocicletas acompañan a los caminantes en este trágico trayecto.
Comunitarios y vecinos con lágrimas esperaban fuera de sus hogares y en toda la calle los restos de Donaly Martínez, haciendo un acto de unión al dolor que embarga a la familia. Desde los más pequeños hasta los más ancianos se han solidarizado con la triste situación por la que atraviesan estas personas.
La noche del lunes, mientras el ataúd estaba expuesto en su casa de Cienfuegos, Santiago, la gente se lanzó a las calles a reclamar justicia por la muerte del niño.
Tanto en la avenida Las Carreras como en Santiago Oeste marcharon y encendieron velas como forma de expresar la indignación que sienten ante este hecho.
La vida del niño de 11 años le fue arrebatada por un agente de la Policía de Acción Rápida, en medio de un incidente por el alto volumen de una bocina en momentos en los que se realizaba el carnaval de esta ciudad.
Extrañado en la escuela
Un nudo en la garganta y las lágrimas corriendo en sus mejillas le impedían expresar cómo era su mejor amigo Donaly, al momento de un niño decir “éramos 25 en el curso”.
“Yo lo quería mucho, siempre jugábamos y nos cuidábamos”, cuenta el mejor amigo del niño ultimado por un agente de la policía de Acción Rápida, en un incidente por una bocina en el carnaval de Santiago.
Sus compañeros dicen que era “un niño alegre”.