Diáspora no tiene interés por elecciones dominicanas ni las ve como una conquista.
Nueva York: Hay un refrán que dice: “La uña solo le duele al dedo”. Por eso, sectores políticos dominicanos han reaccionado preocupados ante la posible inminencia de que el juez del Tribunal Federal del Circuito Este de Pennsylvania, Eduardo Robreno, acceda al requerimiento de una demanda enmendada interpuesta por el Dr. Yomare Polanco y sus abogados para que EE.UU prohíba las elecciones dominicanas en territorio norteamericano.
Cuando los políticos que viven del sistema electoral dominicano en EE.UU vieron que se quedan sin argumentos y la demanda de Pennsylvania avanza sin detenerse, se llenaron de miedo, porque si prohíben las elecciones dominicanas en EE.UU, se termina su botín. Ahora cambiaron la retórica y buscan por todos los medios exponer al Dr. Polanco ante la comunidad como el detractor de las elecciones dominicanas en EE.UU.
Como lo único que saben hacer es mentir para que su moribundo sistema corrupto no perezca, su dedo acusador se dirige al Dr. Polanco, quien sin embargo, ha dicho hasta la saciedad que no está en contra de la celebración de las elecciones, sino que está en contra de que la delincuencia política use ese proceso para robarse los fondos electorales, como sucedió en las elecciones del 2020 y argumenta, además, que está en contra de que las elecciones se usen para robarse diputaciones, cercenando el inalienable derecho de los votantes de elegir y ser elegidos.
La diáspora apoya la lucha de Polanco y no aceptó el fraude electoral ni el desfalco económico de las elecciones del 2020. Yomare Polanco tiene un apoyo inusual de la diáspora dominicana en el exterior que sobrepasa los linderos partidarios. Y es que el dominicano del exterior no quiere saber nada de la corrupción administrativa y política, sin importar de qué partido sea. Porque todo sabemos que la razón de nuestro autoexilio económico es porque los políticos se han robado hasta los clavos de la cruz en República Dominicana.
La diáspora dominicana le importa poco las elecciones, lo demuestran las siguientes cifras:
Pese a los grandes esfuerzos de los partidos políticos y sus dirigentes en el exterior para integrar cada vez más miembros, la comunidad dominicana ha mostrado un aumento en su desinterés en la política dominicana, porque no creen ni en los políticos ni en sus partidos, convencidos de que son unos oportunistas y vagos que ganan millones de dólares sin trabajar amparándose en la diáspora.
Para demostrar esto, solo hay que echarle una hojeada a estas estadísticas:
La abstención de los electores dominicanos en el exterior ha ido en aumento desde el 2012 con la misma intensidad que el espectro político dominicano se ha ido deteriorando a la vista de la diáspora mostrándose como un sistema moribundo y quebrado.
En las elecciones del 2012, hubo una votación de 164,538 en el exterior, equivalente a un 50.06% de 328,649 inscritos con un nivel de abstención que alcanzó el 49.94%. En estas elecciones, (que fueron las primeras con la participación de los diputados de ultramar). Para elegir los tres diputados de la circunscripción #1 de EE.UU solo votó el 22.20% de 366,718 habilitados para votar.
En la segunda circunscripción, que abarca Curazao, Miami (Estados Unidos), Panamá, San Juan (Puerto Rico), San Martin y Caracas (Venezuela), de 118,071 inscritos, apenas votó el 17.27 %.
En la tercera circunscripción que abarca la Unión Europea, de 111,090 inscritos, solo votó el 25 %. Lo que representó un nivel de abstención de un 75%.
Para las elecciones dominicanas en el exterior del 2016, los niveles de abstención se dispararon hasta alcanzar el 54.96 %.con tan solo una votación de 187,273,00 de 384,523.
La falta de credibilidad en el proceso volvió a disparar los niveles de abstención de forma exponencial e indetenible en la votación del exterior para las elecciones del 2020 en las que hubo una abstención de un 78.21%.
Cualquiera podría argumentar que la pandemia pudo incidir en ello, pero no es así, visto los números expuestos más arriba y lo más desolador es que solo hay que ver en el 2020 los inscritos en el proceso y habilitados para votar en el exterior, no llegaron a los 600, 000 de casi tres millones de dominicanos que viven en el exterior, lo que representa la prueba física de que la diáspora dominicana no le interesa el juego de los políticos dominicanos en el exterior y cada día se separa más de esos procesos infestados de malas mañas y tramposos.
