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Diputados argentinos someten proyecto para quitar al expresidente de Bolivia Evo Morales el estatus de refugiado

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Argentina. – Diputados del partido argentino Unión Cívica Radical (UCR) han presentado un proyecto para quitar al expresidente de Bolivia Evo Morales el estatus de refugiado por promover la creación de «milicias armadas» en su país.

En declaraciones en Argentina el domingo, Morales apuntó que fue «un error garrafal» no contar con un «plan B» para sofocar las revueltas tras las elecciones del 20 de octubre, que a la postre terminaron desencadenando su dimisión y su salida del país.

«Si de acá a poco tiempo, si volviera, hay que organizar –como en Venezuela– milicias armadas del pueblo», aseguró, ya que, en su opinión, se produjeron actos violentos sin que la Policía actuara.

Ante ello, los tres diputados de la UCR detrás de la propuesta –Alfredo Cornejo, Gustavo Menna y el Luis Petri– han sostenido que las recientes declaraciones de Morales suponen «una franca violación a los principios constitucionales y democráticos vigentes» en Argentina.

En este sentido, han argumentado que estas palabras «confrontan directamente con lo que dispone el artículo 36 de la Constitución e instrumentos internacionales de jerarquía supralegal que repudian la violencia armada».

«Además, contradicen también lo dispuesto en los artículos 2 del Estatuto de los Refugiados adoptado en Ginebra en 1951 y 16 de la Ley de Reconocimiento y Protección al Refugiado», han agregado, según ha informado el diario local ‘Clarín’.

Por su parte, Cornejo ha recalcado que los latinoamericanos «han pagado caro la violencia política». «No creo que estas manifestaciones de Evo Morales ayuden en lo más mínimo a la paz interna en Bolivia. Es una provocación innecesaria», ha expresado.

Petri ha dicho además que «es incomprensible que el Gobierno sostenga la condición de refugiado a Evo Morales cuando ha demostrado no tener ningún interés en cumplir con las obligaciones que le impuso el país al momento de su ingreso».

Durante la jornada del martes, la ministra de Exteriores de Bolivia, Karen Longaric, envió una carta a su homólogo argentino, Felipe Solá, en la que solicitó al Gobierno del presidente, Alberto Fernández, que repudie las palabras de Morales.

Longaric consideró que las declaraciones de Morales llaman a la «violencia» contra el Gobierno interino de la presidenta, Jeanine Áñez, y el pueblo boliviano, y constituyen, a su juicio, «graves delitos de sedición, alzamiento armado contra la seguridad y soberanía del Estado, conspiración e, incluso, configuran terrorismo».

«CRUZA LA LÍNEA DE LA LEGALIDAD»

De esta forma, Longaric argumentó que «Morales se ampara en la figura del refugio e incita la violencia, el odio, la discriminación, la subversión y el terrorismo», antes de agregar que el exmandatario «ha cruzado la línea de la legalidad, resguardándose en gobiernos y territorios que utiliza como base operativa para vulnerar la democracia y el estado de Derecho en Bolivia».

«Nos preocupa que Evo Morales induzca a Argentina a infringir normas y principios internacionales que prohíben la injerencia en asuntos internos de los Estados, la agresión, la violación de los Derechos Humanos y el terrorismo, con todo lo que esto implica», puede leerse en el documento.

Por último, la ministra advirtió de que los bolivianos «no permitirán» que esto ocurra, por lo que pidió a la Administración de Fernández «repudiar las prácticas de Evo Morales, reñidas con la ley y el orden público internacional».

En esta misma línea, Áñez criticó a Morales por sus palabras y subrayó la «vocación democrática» de la ciudadanía frente a quienes quieren «sembrar terror y violencia».

«Las declaraciones de Morales sólo demuestran que la paz, la reconciliación y la democracia nunca fueron opciones para él», escribió en Twitter, advirtiendo de que, «ante la intención de sembrar terror y violencia, sólo encontrarán al pueblo boliviano unido». «Y frente a las amenazas nuestra más profunda vocación democrática», apostilló.

Del mismo modo, destacados integrantes del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido del exmandatario, también criticaron sus palabras, como la líder del MAS en la Cámara de Diputados e integrante de la llamada «ala dura» del partido, Betty Yañíquez, o el diputado Franklin Flores.

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