¿Disgusto de las bases del PRM impidió que 982,355 perremeístas votaran?
Nueva York: El presidente Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRM) acaban de reeditar su triunfo electoral, esta vez, el presidente consigue la reelección para un segundo mandato, 2024-2028 con un 57.45%. El PRM obtuvo 29 de 32 senadores, echando del Congreso la hegemonía del PLD que perduró durante dos elecciones. ¡Buen motivo para celebrar!
Además, el PRM obtuvo el control del poder municipal y en la Cámara de diputados. Así que tiene el control del poder legislativo, municipal y ejecutivo. Eso deja al partido oficialista en plena capacidad para cambiar la constitución y crear leyes orgánicas y extraordinarias sin el apoyo de la oposición. Porque las leyes orgánicas y las modificaciones a la constitución requieren de 127 votos de diputados y el PRM obtuvo 146; las ordinarias sólo requieren de 95. ¡Ese es otro motivo para celebrar!
A pesar de todos estos triunfos, quedan muchas preguntas sin respuestas, como si ¿el PRM se va a quedar celebrando el triunfo o se abocará a resolver el problema interno de disgustos en sus bases que le pudo costar 982,355 de perremeístas inscritos en su padrón que no fueron a votar el 19 de mayo?
Desde los albores del gobierno del presidente Luis Abinader en 2020 se habló ampliamente del disgusto generalizado de muchos dirigentes medios y en las bases del PRM que expresaban públicamente su desencanto por lo que ellos llamaban “exclusión del tren gubernamental”. Probablemente, no fue culpa del presidente ni de su partido, sino que “hay más sombreros que cabezas” en el estado dominicano.
¿Cuál fue el costo político de ese disgusto?
En agosto del 2023, el PRM presentó ante la Junta Central Electoral (JCE) un padrón de 3, 092,389 miembros. En las elecciones pasadas el partido obtuvo una votación (sin aliados) de 2,110,034 votos. Eso significa que 982,355 perremeístas no votaron en las elecciones del 19 de mayo de 2024.
De los 2,503,256 votos obtenidos por el PRM, que representó el 57.45 %, los 22 partidos aliados aportaron un total de 393,222 votos, para un 9.03%. Eso significa que, sin esos partidos aliados, el PRM habría quedado por debajo de los votos necesarios para ganar las elecciones, con un 48.42%, lo que hubiera obligado, al menos, un escenario de segunda vuelta, con todas las consecuencias que pudo haber arrastrado.
No se sabe cuánto costó al PRM ese aporte de los aliados de 393,222 votos en término de presupuesto y cuotas de poder, etc. Lo que sí se sabe es que 982,355 perremeístas disgustados no votaron y el PRM tiene que integrarlos sí o sí a sus filas, porque los tiempos que se avecinan son muy duros y las elecciones del 2028 serán muy difíciles, posiblemente con Abinader fuera del escenario.
Después de la resaca del triunfo, el PRM tiene que buscar la reconciliación, porque se acabaron los días de vacas gordas.
Inmediatamente fue declarado ganador, el presidente Abinader buscó el acercamiento con los candidatos y partidos de la oposición, detrás de la gobernabilidad antes de someter el proyecto de reforma fiscal. (Eso mismo debe hacer el PRM con casi un millón de perremeístas disgustados).
Con un Código Tributario obsoleto, que data de 1992, Abinader sabe que esta reforma debe ser integral y profunda, no parche, que produzca un cambio radical en el régimen de ingresos y gastos y facilite la movilidad social y estreche la línea entre la riqueza y la extrema pobreza en República Dominicana.
Luis sabe que debe tomar decisiones que son políticamente incorrectas, pero necesarias para el desarrollo de la nación y eso hará. El PRM también debe hacer lo propio y prepararse para mantenerse en el poder más allá del 2028 mediante la sanación del dolor y la reconciliación interna.
¡Buena suerte!