Dominicano acusado de asesinar desamparados y un mexicano sigue en el pabellón psiquiátrico del hospital Bellevue
NUEVA YORK._ Después de ser acusado el lunes en la Corte Suprema Estatal en Manhattan de múltiples cargos por los brutales asesinatos de tres desamparados y un trabajador mexicano que acostumbraba a compartir con ellos, el dominicano Randy Rodríguez Santos, fue remitido de nuevo al pabellón psiquiátrico del hospital Bellevue, donde seguirá recluido hasta que se establezca su real estado mental para enfrentar o no un juicio, luego de declararse “no culpable” ante el juez a través de su abogado.
En una audiencia de lectura de cargos, en la que los fiscales estremecieron al tribunal y los medios, describiendo con detalles escalofriantes cómo Santos asesinó con una pesada barra de metal a las víctimas indigentes y al inmigrante de México, el magistrado James Clynes, decidió devolverlo al hospital donde sigue siendo evaluado por expertos asignados por la corte.
Vistiendo un uniforme color naranja para criminales peligrosos y violentos, esposado con las manos a la espalda, la expresión en el rostro de Santos, se mantuvo tan estática como una piedra mientras su mirada no tenía un punto fijo.
“¿Cómo se declara señor Santos de los cargos que se le imputan?, le preguntó el juez, a lo que el dominicano respondió a través de su abogado:
“Inocente, su señoría, no culpable”.
La respuesta no estuvo acompañada ni de un solo gesto de remordimiento y Santos, de no llegar a un acuerdo con los fiscales, será enjuiciado enfrentando cadena perpetua, si es declarado culpable.
Se dijo que los custodios lo mantienen en un cubículo hermético y bajo vigilancia para prevenir suicidio las 24 horas en el hospital.
El Bellevue, es el nosocomio más especializado en tratamientos e internamientos para perturbados mentales y donde los jueces envían a los acusados de crímenes atroces en la ciudad que por su nivel de brutalidad y saña, los evidencia como criminales insanos o psicópatas.
Santos, de 24 años de edad, lleva casi un mes en el pabellón para locos del centro asistencial.
Se le acusa de seis cargos de asesinatos e intentos de asesinatos y posesión de un arma con fines criminales, después que mató a los desamparados, entre ellos un anciano chino de 82 años de edad, el 5 de octubre en la madrugada, mientras las víctimas dormían en calzadas del Barrio Chino en el Bajo Manhattan.
Los cargos incluyen otra acusación por intento de asesinato por la golpiza a otro hombre que sobrevivió al ataque del 5 de octubre.
Está recluido sin derecho a fianza y los fiscales dijeron que confesó a la policía haber matado a los desamparados con una viga de metal.
Su abogado, Arnold Levine, le dijo al juez que probablemente argumentará una defensa basada en el desquicio de Santos.
Los asesinatos volvieron a poner en el tapete, la situación de cientos de miles de desamparados que deambulan y pernoctan en las calles de la ciudad, mientras el Gobierno federal calcula en 80 mil adultos, la cantidad de indigentes en Nueva York.