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Dominicano deportado es traído a NY para testificar contra dominicana que asesinó novio a cambio de residencia

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NUEVA YORK._ Los fiscales que enjuician a la dominicana Zunilda Rosario (Zuni), por el asesinato de su novio Juan de León en 1990, trajeron de vuelta a la ciudad al narco dominicano Roberto José Carvajal, que fue deportado en 2007 después de una condena por drogas, para testificar contra la mujer, como único testigo ocular del homicidio, a cambio de que inmigración le otorgue la residencia permanente.
Carvajal, quien confesó el viernes en el estrado que formaba parte de la banda de narcos en la que estaba de León, vivía ilegal en el Alto Manhattan, cuando presenció la muerte en el pasillo de entrada de un edificio en Harlem, y luego huyó a Rhode Island, escondiéndose en Providence, donde consiguió un trabajo como conductora de un autobús escolar.
Ella fue capturada, después de regresar de un viaje a la República Dominicana, en el aeropuerto Kennedy, en julio de 2016.
Carvajal fue repatriado tras ser arrestado con dos gramos de cocaína, hace 12 años. Rosario, quien asesinó a de León en febrero de 1990, cuando ella tenía 21 años y la víctima 20.
Se le emitió una orden de arresto, cuando otro testigo, que no es Carvajal, dio informaciones a la policía acerca del asesinato
El abogado defensor de Rosario, Frank Rothman, cuestionó la credibilidad de Carvajal ante el jurado al preguntarle repetidamente sobre la promesa de la fiscalía de ayudarlo a obtener la tarjeta verde.
«Esta oficina le ha dicho que a cambio de venir a la corte y testificar, ¿lo ayudarán con sus documentos de residencia?», preguntó el abogado.
«Sí», respondió Rosario a través de un intérprete de español.
“¿Eras un narcotraficante?” cuestionó el defensor.
«Sí», respondió Carvajal.
La fiscal adjunta Erin Tierney reconoció el acuerdo del Ministerio Público con el testigo y le preguntó a Carvajal nuevamente que si es la razón por la que está testificando contra la acusada.
«Sí», respondió.
Carvajal declaró que la noche del asesinato, estaba con su mejor amigo, que era de León, en un edificio de Harlem, infestado de drogas, organizando transacciones de de cocaína en crack con la que conseguían $2 millones de dólares al mes.
Les dijo a los jurados que Rosario apareció cuando él y de León estaban bajando las escaleras desde el escondite del apartamento, donde tenían armas y narcóticos.
El testigo dijo que entró en el apartamento de la planta baja, donde la banda de narcos se reunía, y dejó a de León en el vestíbulo para hablar con Rosario y luego escuchó el estruendo de las balas.
Dijo que huyó por la ventana del apartamento cuando de León, fue acribillado a tiros y se desplomó en el piso del vestíbulo, muriendo el 11 de febrero de 1990.
Los fiscales dicen que Rosario le disparó a de León en un arrebato de celos porque embarazó otra mujer que le parió un niño.
En Providence, Rosario estaba viviendo una vida tranquila, y cuando fue arrestada y acusada, todos sus vecinos y compañeros de trabajo, quedaron en shock.
Allí, ella crió las dos hijas que tuvo con de León.
En 2015, otro narcotraficante dominicano e informante del Gobierno se adelantó y la denunció por el asesinato después de que fue arrestado por drogas y armas.
Se le ha permitido al delator no identificado testificar en una sala del tribunal cerrada a cambio de que se le reduzca una sentencia a cadena perpetua en un tribunal federal, dijo Rothman.
El abogado defensor ha argumentado que ninguno de los testigos vio a Rosario apretar el gatillo y que el edificio era un conocido antro de drogas donde otro narco dominicano fue asesinado un año antes en el mismo lugar.
El juicio continúa el lunes en la Corte Suprema de Manhattan presidido por la jueza Michele Rodney.

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