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Dominicano se ahorca después de asesinar esposa que era enfermera y decoradora en Nueva Jersey

"Ella era muy bonita. Trabajó muy duro”, dijo Ramírez sobre su hija. “Ella me cuidaba, ¿quién lo hará ahora?, esto duele. ¡Oh Dios, qué dolor que estoy sintiendo!". La pareja se conoció en Nueva Jersey.
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NUEVA YORK._ Después de tres años de una relación aparentemente sin problemas y sin procrear hijos, el dominicano Alejo Batista de 49 años de edad, asesinó a su esposa, Estefani Hernández de 31 y luego se ahorcó en la misma habitación en la que mató a su pareja que se había graduado de enfermera y trabajaba como decoradora en Paterson (Nueva Jersey), ayer domingo en la mañana temprano.
Ella era nativa de la provincia Hermanas Mirabal (Salcedo) en el Cibao Central de la República Dominicana.
La madre de la muerta, señora Iluminada Ramírez, narró rota por el dolor, que su hija se había separado de Alejo y dormía con ella mientras el hombre se quedaba en el cuarto que compartieron.
Ramírez, dijo que el hombre repetía que no mataba a Estefani porque apreciaba a sus padres, pero al parecer, tenía “lo suyo” por dentro y de todos modos, consumó el crimen.
“Si no le hubiéramos creído, me la hubiese llevado a otro estado, él decía que no lo mataría, pero lo hizo”, añadió la destrozada madre.
Los investigadores dijeron que cuando la madre vio que pasaban de las 9:00 de la mañana y su hija ni Alejo salían de la habitación, decidió entrar para encontrarse con la macabra escena: su hija en el piso asesinada a puñaladas y el hombre, colgando de una viga.
La policía llegó a la escena a las 9:30 de la mañana, declarando muertos en lugar a Alejo y Estefani.
El médico forense certificó que la pareja cuerpos llevaba 12 horas de haber muerto y que el asesinato suicidio, se produjo aproximadamente a las 9:00 de la noche del sábado.
Las familia lleva 11 años que emigró desde la República Dominicana a Estados Unidos y la víctima se había traído un hijo de Alejo, que estaba en proceso de legalizarse.
El asesinato suicidio, ha conmocionado a la comunidad dominicana en Paterson, mientras los padres de Estefani, preparaban sus funerales en Nueva Jersey para luego sepultarla en la República Dominicana.
El hecho ocurrió en la casa 263 de la calle 16 Este en Paterson, en la que vivía la pareja junto a los familiares cercanos de la mujer.
Un comunicado de la fiscalía del condado Passaic en Nueva Jersey, dice que Batista apuñaló a Hernández antes de quitarse la vida.
La madre de Estefani dijo que llamó a la policía después de descubrir los cuerpos cuando entró en habitación de la pareja.
“Lo vi colgando cuando abrí la puerta a la mitad”, dijo Ramírez sobre el cadáver de Batista, y agregó que su hija estaba en el suelo.
Señaló que la pareja tenía algunos problemas, y que su hija confiaba en Alejo, pero en general, tenían una buena relación.
“No pensé que iba a hacer eso”, agregó, refiriéndose a Batista.
El padre de Estefani, Cristian Hernández, dijo que la familia llevará los restos de su hija a la República Dominicana.
“Yo los veía bien, una relación normal,” dijo el padre. “El problema es que cada relación tiene su problema pero él se lo tragaba solo y esta es la consecuencia”.
Agregó que él siempre vio la relación sin aparentes conflictos, “pero todas las parejas comienzan a tener problemas”.
“Ella era muy bonita. Trabajó muy duro”, dijo Ramírez sobre su hija. “Ella me cuidaba, ¿quién lo hará ahora?, esto duele. ¡Oh Dios, qué dolor que estoy sintiendo!”.
La pareja se conoció en Nueva Jersey.
“Ella era mi guía, mi todo, mi mente, mi todo, que yo voy a hacer en este país sola”, agregó la madre.
“Ellos tuvieron problemas y le dijo yo no te mato porque qué sé yo qué, nosotros confiamos como que eso era por decir, pero lo cumplió,” dijo la señora Ramírez.
“Ese es el dolor que yo tengo hoy, ella estaba tranquila, esa es la habitación de ellos y ella se la dejó a él y dormía conmigo”, añadió.
Con tres años de casados, la pareja no tuvo hijos. Nos cuentan que el era trabajador de la construcción y ella se hizo enfermera pero se desempeñaba en otras labores de decoración.
“Yo le pedí a Dios que me llevara a mí y no a uno de mis hijos,” dijo la madre.

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