EE.UU. dice no será cómplice de regímenes y quita licencia a empresa en Venezuela

Estados Unidos canceló la licencia que permitía a la empresa Chevron Corporation operar campos petroleros en Venezuela.
El anuncio ha tomado por sorpresa al gobierno de Nicolás Maduro y representa un revés en su intento de normalizar relaciones con la administración de Donald Trump.
La suspensión de la licencia no solo debilita la estructura financiera de ese país, privándolo de recursos, sino que demuestra que el caso venezolano sigue siendo un punto clave en la geopolítica internacional, junto con conflictos como los de Ucrania y Rusia.
En otras palabras, esta decisión ataca dos pilares fundamentales del apoyo a Nicolás Maduro: sus alianzas con regímenes como los de Rusia, Cuba e Irán, y su aparato represivo que persigue a los venezolanos que luchan por la libertad.
Es importante recordar que esta acción llega después de que Maduro incumpliera los compromisos adquiridos en las negociaciones con Estados Unidos. Desde 2022, el dictador comenzó a recibir concesiones como la liberación de sus familiares condenados en EEUU, la excarcelación de su testaferro Alex Saab y la licencia que permitía a Chevron operar en Venezuela. A cambio, se esperaba que liberara a los presos políticos y garantizara condiciones justas para unas elecciones democráticas.
El resultado fue el esperado por muchos: Maduro no cumplió. No solo desconoció la voluntad de más de siete millones de venezolanos en un proceso electoral fraudulento, sino que también llenó las cárceles de activistas y opositores de diversas tendencias políticas. Actualmente, hay más de 2,000 detenidos por motivos políticos en Venezuela.