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Egipto vive la fiesta del cordero con pocos sacrificios por la subida de precios

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El Cairo.- La celebración musulmana del «Aíd al Adha» o «Fiesta del Sacrificio» comienza en Egipto este miércoles con menos sacrificios de corderos que años anteriores por el angustioso incremento del precio de la carne, que obliga a muchas familias a adaptar la cesta de la compra para esta festividad.

Así, muchos egipcios reducirán la cantidad de cordero que comprarán o ni siquiera sacrificarán uno propio y se apretarán el cinturón en paralelo a la creciente inflación interanual, del 33,7 % el pasado mayo, y la pérdida del 50 % del valor de la libra egipcia ante el dólar desde el año pasado.

Esta celebración es una de las más importantes del Islam y el mismo Corán relata la «Fiesta del Sacrificio»: «Y rescatamos a su hijo, ordenando a Abraham que sacrificara en su lugar a un animal e hicimos una gran ofrenda».

La práctica es universal en el mundo islámico y exige el sacrificio ritual de corderos, que luego son consumidos por las familias. Sin embargo, esta práctica ha ido disminuyendo en Egipto mientras subían los precios.

Desde hace unos cuatro meses, el precio de un kilo de carne subió de 200 libras egipcias (5,93 euros) a unas 350 libras (10,38 euros), por lo que «muchísima gente pide menos cantidades ahora», dijo a EFE Hamdy, un carnicero del barrio cairota de Zamalek.

Antes los clientes encargaban al carnicero sacrificar un cordero para la festividad, pero actualmente «esta tradición ya se hace menos a menudo y, en lugar de ello, la gente compra la carne directamente», aseguró.

De hecho, las dificultades económicas que atraviesan las familias egipcias les obliga a hacer un pedido de tan solo «un kilo en lugar de tres».

Fathy, el dueño de la carnicería «Carnes» de Zamalek, explicó a EFE que el cliente suele llevarle el cordero después del rezo de la madrugada del primer día festivo. «Nosotros lo llevamos al otro lado (de la calle, donde hay una plaza) para sacrificarlo y luego lo despellejamos».

Calcula que este año hay «un 10 % menos (de clientes)» que llevan sus corderos para sacrificarlos por el encarecimiento del producto, ya que el año pasado «un kilo de cordero vivo costaba unas 97 libras (2,88 euros), ahora vale 185 libras (5,49 euros)», y apunta que un cordero pesa unos 50 kilos o más y «puede abastecer a varias personas o a una familia entera».

Este carnicero asegura que días antes de la festividad «habría mucha aglomeración de gente aquí» y que «este escaparate hubiera estado lleno de carne», pero como «los precios son más caros para los clientes, no tenemos qué hacer», dice mientras señala el escaparate con tan solo un par de lomos colgados y una clienta pidiendo a medida.

«Esta es una situación que no se me aplica mí solamente, sino que la viven todos los comerciantes», concluye Fathy.

La clienta es Elham, una mujer con tres hijos, que compra según lo que necesita: «un par de kilos o tres, no más, solo lo que necesitamos».

Así es como maniobra en medio de la crisis en Egipto: «Es más cara la carne ahora, pero compro igualmente, no uso toda la cantidad, sino que la voy distribuyendo, la congelo y saco un poco para cada comida», explica con una sonrisa.

 

EGIPTO, QUE YA SUPERÓ ESTE JUNIO LOS 105 MILLONES DE HABITANTES, ATRAVIESA DESDE HACE AÑOS UNA CRISIS ECONÓMICA QUE EMPEORÓ TRAS LA GUERRA EN UCRANIA, A LO QUE SE SUMÓ UNA DEVALUACIÓN DE LA MONEDA DE MÁS DEL 50 % PARA ACOMODAR SU VALOR AL PRECIO DEL MERCADO.

La flexibilidad del tipo de cambio ha sido una exigencia que el Fondo Monetario Internacional impuso al país para otorgarle en diciembre pasado un préstamo de 3.000 millones de dólares, el cuarto que el organismo con sede en Washington entrega al país desde 2016, con el fin de «salvaguardar la estabilidad macroeconómica y la sostenibilidad de la deuda egipcia», entre otros objetivos.

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