El imbécil de Palacio y el regaño de Europa, la combinación que hizo enojar a AMLO
Quien mucho habla mucho se equivoca y si habla sin saber se equivoca más, miente y juzga sin fundamento. En México nos enfrentamos desde hace tres años a la experiencia de escuchar la perorata diaria del presidente López Obrador (AMLO), a quien algunos interesados le han documentado, hasta al momento de su tercer informe de gobierno, más de 61 mil declaraciones falsas o engañosas, en sus conferencias de prensa.
La conferencia mañanera de López Obrador es un espacio diseñado para mantener el dominio de la agenda pública de su gobierno, es básicamente un ejercicio de propaganda por medio del cual, aunque diga en su discurso lo contrario, trata de imponer su criterio ideológico y mantener la adhesión de su clientela política, para lo cual apela a la estrategia de ubicarse en la escena como víctima y presumir una falsa tolerancia hacia sus críticos.
El periodista Amador Narcia publicó una columna en El Universal titulada “El Imbécil de Palacio”. En su primera línea aclaró: “no es quien maliciosamente se imaginan” y precisó de inmediato, “sino el jefe de Protección Civil de la Presidencia”. En un par de párrafos Narcia criticó que éste funcionario hubiera frenado la evacuación de los periodistas del Salón Tesorería, el jueves 3 de marzo, durante el temblor que sucedió en Veracruz, privilegiando la salida del presidente.
En su conferencia de prensa del 7 de marzo, López Obrador, actuando su papel preferido de perseguido por sus adversarios y su presunción de tolerancia, manifestó que la prensa lo ataca con frecuencia y ejemplificó, equivocándose, con la columna “El Imbécil del Palacio”, dando a entender que Amador Narcia se refería a él.
Quien mucho habla mucho se equivoca y si habla sin saber se equivoca más, miente y juzga sin fundamento. En México nos enfrentamos desde hace tres años a la experiencia de escuchar la perorata diaria del presidente López Obrador (AMLO), a quien algunos interesados le han documentado, hasta al momento de su tercer informe de gobierno, más de 61 mil declaraciones falsas o engañosas, en sus conferencias de prensa.
La conferencia mañanera de López Obrador es un espacio diseñado para mantener el dominio de la agenda pública de su gobierno, es básicamente un ejercicio de propaganda por medio del cual, aunque diga en su discurso lo contrario, trata de imponer su criterio ideológico y mantener la adhesión de su clientela política, para lo cual apela a la estrategia de ubicarse en la escena como víctima y presumir una falsa tolerancia hacia sus críticos.
El periodista Amador Narcia publicó una columna en El Universal titulada “El Imbécil de Palacio”. En su primera línea aclaró: “no es quien maliciosamente se imaginan” y precisó de inmediato, “sino el jefe de Protección Civil de la Presidencia”. En un par de párrafos Narcia criticó que éste funcionario hubiera frenado la evacuación de los periodistas del Salón Tesorería, el jueves 3 de marzo, durante el temblor que sucedió en Veracruz, privilegiando la salida del presidente.
En su conferencia de prensa del 7 de marzo, López Obrador, actuando su papel preferido de perseguido por sus adversarios y su presunción de tolerancia, manifestó que la prensa lo ataca con frecuencia y ejemplificó, equivocándose, con la columna “El Imbécil del Palacio”, dando a entender que Amador Narcia se refería a él.
“En las redes, en los periódicos de la mafia del poder, me insultan a diario. Antier estaba yo viendo una columna en El Universal, de una gente con mucha autoridad moral, una finísima persona: Amador Narcia. ¿Saben cómo le puso a su columna? Presidente imbécil”.
El presidente procedió a leer el texto de Narcia y se dio cuenta que no se titulaba “Presidente imbécil” y simuló su tolerancia: “Todo está permitido. Eso no es problema. Nunca va a haber represalias, ni censura. No le voy a hablar a Juan Francisco Ealy Ortiz para decirle “oye, se pasan”. Esto está bien”.
Este episodio pone en evidencia que López Obrador no está bien informado, habla sin sustento y miente de manera consiente. En política los mensajes que se expresan desde el poder tienen múltiples interpretaciones y la lectura del mensaje para el Director de El Universal, bien podría ser “no se pasen, ya estuvo bien”. No hace falta que le hable.
Como tampoco hacía falta la respuesta tan visceral y cero diplomática ante las resoluciones de El Parlamento Europeo, que solicita al gobierno mexicano actuar “de manera firme y contundente contra los ataques a la prensa y los defensores de derechos humanos”. Por medio de un comunicado, insulta a los parlamentarios cuando les dice: “Es lamentable que se sumen como borregos a la estrategia reaccionaria y golpista del grupo corrupto que se opone a la Cuarta Transformación”. Al final de su texto la Presidencia comenta: “Para la próxima, infórmense y lean bien las resoluciones que les presentan antes de emitir su voto.” El presidente es capaz de recomendar a los parlamentarios que se informen antes de actuar, cuando él da muestras de no estar informado.
El Parlamento Europeo aprobó un documento histórico, por 607 votos a favor, 73 abstenciones y dos en contra, y lo dirigió al gobierno mexicano. Destaca que México es reconocido como el más violento del mundo para ejercer el periodismo y solicita al presidente frenar la “retórica populista” contra la prensa desde sus conferencias mañaneras.
La resolución parlamentaria es una petición extraordinaria frente a una problemática que no inició en este Gobierno. Han muerto más de 150 periodistas en las dos últimas décadas y 68 activistas de derechos humanos fueron asesinados en los pasados cuatro años, pero es a López Obrador a quien el parlamento exige que tome las medidas necesarias para evitar ponerlos en riesgo.