El jefe de la Policía peruana afirma que Castillo le pidió cerrar el Congreso
El comandante general de la Policía Nacional de Perú (PNP), Raúl Alfaro, afirmó durante su declaración a la Fiscalía que el 7 de diciembre Pedro Castillo se puso en contacto con él para pedirle que cerrara el Congreso y que interviniera a la fiscal de la nación, Patricia Benavides.
La llamada se habría realizado con mediación del entonces ministro del Interior, Willy Huerta, quien contactó al jefe de la PNP tras el mensaje a la nación emitido el mismo día por Castillo, precisan medios locales.
“En ese momento recibí una llamada por vía WhatApp a mi número […] del señor ministro del Interior Willy Arturo Huerta Olivas […], quien me indicó que se encontraba en el Palacio de Gobierno y que me iba a pasar con el presidente de la república”, testificó Alfaro.
“El presidente me señaló: ‘General, cierre el Congreso, no permita el ingreso de ninguna persona y saque a los que están adentro e intervenga a la fiscal de la nación’”, señaló el jefe de la PNP, detallando que, a su pregunta sobre el motivo de la solicitud, Castillo le respondió que todos los detalles se le iba a dar el ministro del Interior.
Tras esa conversación, Alfaro, al contrario de lo solicitado por el entonces presidente del país, ordenó “que la Policía Nacional del Perú tenía que garantizar el libre funcionamiento del Congreso” y “la seguridad de todos los ciudadanos y el libre tránsito de los mismos”, mientras que calificó el pedido de intervención a Benavides como “totalmente ilógico”.
Casi hora y media después del discurso de Castillo, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional de Perú emitieron un comunicado en el que aseveraron que no acatarían lo indicado por el mandatario.
Luego, Alfaro, al darse cuenta de que “se estaba cometiendo un delito flagrante”, ordenó al jefe de Inteligencia de la PNP seguir los movimientos de Castillo en caso de que intentara salir del país o buscar asilo en alguna embajada.
Un “plan maquiavélico”
Por su parte, el propio Castillo denunció este sábado un “plan maquiavélico” en su contra en el que, según afirma, podrían haber participado Benavides, el presidente del Congreso, e incluso Dina Boluarte, quien asumió la presidencia de la república tras su destitución.
Anteriormente, en el intento de entender por qué el entonces mandatario se precipitó a disolver el Congreso sin ningún apoyo, para luego ser destituido en el Parlamento por “incapacidad moral”, se planteó la teoría de un posible mensaje “inducido” y la sospecha de que habría sido “drogado”.
El congresista Guido Bellido, quien fue presidente del Consejo de Ministros durante el Gobierno de Castillo, habló de “indicios” que harían suponer que Castillo “fue obligado a leer el mensaje de la disolución”.