El merenguero Víctor Roque y Abinader descollaron como invitados especiales en juramentación de la gobernadora de Puerto Rico
NUEVA YORK: La orquesta La Gran Manzana, toda una referencia en la música merengue en los años 80 y 90 del pasado siglo, celebrará su 40 aniversario con una gira por todo el continente americano que comenzará en el lugar donde nació, Nueva York.
El merengue, declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2016 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), se popularizó en Nueva York con la emigración dominicana a esta ciudad, que ha recibido la mayor población de quisqueyanos fuera de su país.
“La gran mayoría de nosotros trabajaba en una bodega y juntamos entre todos el dinero para poder grabar el primer disco”, recordó en conversación con Efe el vocalista Víctor Roque, que impulsó la fundación del grupo junto a Henry Hierro, al rememorar sus inicios dentro de la comunidad dominicana en el Alto Manhattan, allá por octubre de 1982.
Hierro, pianista, bajista y cantante era en ese momento el único con formación musical formal.
“Hicimos un grupo en un momento difícil en que no había internet, redes sociales ni celulares” que ayudan en la promoción de grupo y venta de discos por lo que “había que cargar cajas de elepés para llevarlos a todos los sitios”.
En el 1983, grabaron su primera producción discográfica “Henry, Víctor y La Gran Manzana”, pero no fue hasta el lanzamiento de su segundo disco en 1984 cuando lograron sus primeros éxitos en todas las listas radiales tales como “Mentirosa”, “Mole Mole” y “Rosa Blanca”.
En el 1985, logran catapultarse como una de las orquestas más pegadas del género con el estreno del disco “El poder de New York” que incluyó “No me sigas más”, “I Just Called” o “Por tu querer”.
El pasado miércoles, Roque viajó desde Puerto Rico (donde reside desde 1988) a Nueva York para recibir en un homenaje al grupo promovido desde la misma alcaldía, que quiso reconocer así el impacto positivo que su música tuvo para la comunidad dominicana.
El músico, de 61 años, reconoce que volver a las calles de la ciudad donde lucharon para darse a conocer, y donde llegó a sus 10 años, “fue impresionante”.
Roque recordó que la agrupación surgió en un momento muy difícil, en una ciudad con alta incidencia de delitos y drogas, con alta inseguridad en los barrios donde vivían las comunidades latinas.
“Esto era un ghetto, un barrio de peleas, de edificios quemados, asaltos, división entre los afroamericanos, puertorriqueños y dominicanos. Había mucho racismo, que no se denunciaba como se hace ahora”, recordó.
“Estoy sorprendido de cómo ha cambiado” dijo además a Efe en un restaurante de Plaza Quisqueya en el Alto Manhattan, denominada así para celebrar la cultura dominicana en Nueva York.
Plaza Quisqueya, en la calle Dyckman, entre las avenidas Seaman y Broadway, es parte de la iniciativa de la ciudad de “Calles Abiertas” que ofrece espacios libres de vehículos para disfrute de los residentes que sufrían del encierro por la pandemia de la covid, y en la zona ubican varios restaurantes de comida dominicana.
Como parte del homenaje la noche del miércoles, La Gran Manzana realizó una breve presentación que el público disfrutó bailando, contorneado sus cuerpos o tomando fotos del grupo, que desde hace años se reúne solo ocasionalmente.
“Vi muchos rostros de la época en que el grupo se formó. Sentí nostalgia”, afirmó Roque, que estuvo acompañado por varios de los músicos de la agrupación original y que señala que “Mentirosa”, y “Tus besos son” fueron los temas de más éxito.
El cantante señala que el grupo conquistó la fama con un sonido propio que adaptaron la cumbia colombiana y la música de Haití, y que desplegarán en todo su esplendor en diciembre en el mítico Lincoln Center, inicio de su gira por Estados Unidos, Puerto Rico, Centro y Suramérica.
Víctor Roque, ideólogo de la afamada orquesta merenguera La Gran Manzana, tuvo que comida para poder sobrevivir, cuando siendo un adolescente, quedó solo en la ciudad de New York.
Su odisea comenzó cuando su madre decidió mudarse con su esposo a la ciudad de Miami y él no hizo el viaje, quedando a la intemperie en la gran urbe, haciendo largas rutas en trenes, convirtiendo los vagones del metro de New York en su cama.
Roque narra que se vio obligado a esta rebeldía porque iba al colegio y repartía el resto de su tiempo en trabajar en una bodega y asistir a una escuela de música, a escondida de su progenitora.
Altagracia, amiga de su madre, conoció de sus penurias y decidió acogerlo en su casa, convirtiéndose en lo adelante, en su protectora.
Decidió llamarlo Johnny, porque le recordaba al entonces director del Servicio de Inteligencia Militar de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, Johnny Abbes García, compadre de su padre.
Atraído por el género salsa, Víctor Roque se la ingenió para hacerse amigo de Polito Vega, locutor de la radio en New York y su vínculo con el sello disquero Fania All-Stars.
Logró hacerse con el trabajo de conserje de los estudios Latin Sound, donde grababan las estrellas de la Fania: Héctor Lavoe, Willy Colón, Rubén Blade, Johnny Pacheco y trató de engañar al hijo del dueño del estudio, haciéndose pasar por músico, sin saber tocar ningún instrumento.
Víctor Roque no logró aprender tocar a cabalidad ningún instrumento y en su mente volátil, olvidó su pasión por la salsa y cambio a merengue, cuando quedó impactado al ver una presentación del maestro Wilfrido Vargas, en los años 70, en New York.
De ahí inició su carrera como emprendedor y le nació la idea de crear la banda que fuera la orquesta merenguera más icónica que se conociera fuera de RD y así surgió La Gran Manzana: “El Poder de New York”, que en principio era: “Los Amigos de la Gran Manzana”.
Para lograrlo, tuvo que convencer al maestro Henry Hierro, que en una gira de Wilfrido Vargas, se quedó en la urbe. Tras varios intentos de acercamiento, le hizo una oferta que no pudo rechazar y para ello recurrió a sus ahorros, ascendentes a 10 mil dólares, le compró comida y le pagó renta, solo para que Hierro accediera a arreglarse varios temas.
A base de préstamos y recurriendo a todo lo de valor que podía echarle mano, graba su primer disco y luego logra pegada con el tema “Es un avión”.
Corriendo la década de los 80, la situación dio un giro y La Gran Manzana se convierte en la agrupación más cotizada, gracias a las habilidades de Vitico al contratar las orquestas más pegadas de RD, las llevaba a New York, pero su agrupación la comercializaba publicitariamente como líder, antelas demás.
Juan Luis Guerra y 440, que comenzaban abrirse camino en la música, participaron de los coros de algunos de sus temas, como “Mentirosa”
Esta agrupación dominicana radicada en New York y liderada por Víctor Roque, tuvo diferentes momentos de gloria y diversos cantantes que pegaron hits en todas las vertientes, hasta en tonalidad electrónica.
Su primera etapa contó con el genio musical de Henry Hierro, luego ingresó Willy Hierro, hasta su separación en el 1986.
Víctor Roque confesó que el mundo se le vino encima y que tocaba fondo, hasta que Fernando Villalona lo animó a seguir adelante, le facilitó el tema musical: “No me niegues tu cariño” y le recomendó los arreglos del maestro Juan Valdez.