El Papa denuncia trabajo infantil, un «flagelo»; pide su erradicación
ROMA, 19 Nov. – El Papa ha denunciado el trabajo infantil como un «flagelo» que los priva de la educación y pone en peligro su salud al tiempo que ha llamado a la comunidad internacional y a los empresarios a «crear oportunidades de trabajo digno con salarios justos» para que se erradiquen sus causas.
En su mensaje a los participantes en la conferencia titulada ‘Erradicar el trabajo infantil, construir un futuro mejor’, organizada por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el Pontífice ha instado crear puestos de «trabajo dignos» para los adultos de las familias, a fin de que «los niños no se vean obligados a trabajar».
Así, considera la explotación laboral de los niños como «llaga» con una importancia especial para el presente y el futuro de la humanidad. «En la medida en que nos comprometemos a respetar la dignidad humana innata y los derechos fundamentales de los más pequeños, expresamos qué clase de adultos somos y queremos ser y qué clase de sociedad queremos construir», ha dicho.
Para el Papa, combatir el flagelo del trabajo infantil, «que pone en peligro la salud de los más pequeños y los priva de su derecho a la educación y de vivir una infancia serena», es necesario que los estados y las empresas privadas trabajen juntos para promover «una educación de calidad, gratuita para todos, así como un sistema de salud accesible para todos».
Por otro lado, ha denunciado que el empleo de niños en actividades laborales ha empeorado con la pandemia. En todo caso, ha instado a no confundirlo con las «pequeñas tareas domésticas» que realizan los niños «en su tiempo libre y de acuerdo con su edad» para ayudar a sus familias.
«Generalmente, son favorables para su desarrollo porque –ha dicho– les permiten poner a prueba sus capacidades y crecer en conciencia y responsabilidad». Sin embargo, ha recalcado que el trabajo infantil es algo «totalmente distinto» porque es la explotación de los niños en los procesos de producción de la «economía globalizada para el beneficio y la ganancia de otros».
«Es robar el futuro a los niños y, por lo tanto, a la propia humanidad. Es una lesión de la dignidad humana», ha señalado. A su juicio, los factores que más exponen a los menores a la explotación laboral son «la extrema pobreza, la falta de trabajo y la consiguiente desesperación en las familias». Por ello, ha instado a «eliminar la pobreza» y «corregir las distorsiones del sistema económico actual, que concentra la riqueza en manos de unos pocos».
