El peligro de la independencia del voto de la diáspora dominicana
Nueva York: Aunque en los últimos 4 años, los partidos políticos dominicanos han prestado más atención al voto de la diáspora dominicana; para nadie es un secreto que el activismo político dentro de la comunidad en el exterior se ha centrado más en la militancia, el clientelismo y las diatribas internas de esas organizaciones que en crear un vínculo fuerte partido-diáspora.
Lo cierto es que los partidos políticos han tenido un severo problema de conectividad con la diáspora. Han caminado por senderos paralelos, salvo raras excepciones, como las del Dr. José Francisco Peña Gómez y ahora Luis Abinader, que han introducido cambios en las leyes y la actitud política en beneficio de la comunidad en el exterior. Los partidos y los políticos dominicanos nunca lo han entendido así.
En 2005 viví en carne propia los efectos nocivos de esa desconexión partido-comunidad y en la búsqueda de una respuesta, fundamos en la ciudad de Filadelfia, PA un importante movimiento político dentro del Sector Externo del PLD al que llamamos: “Proyecto Renovación PLD”, que abogaba por una apertura de ese partido hacia la diáspora. En la práctica, todavía esa organización sigue siendo de cuadros cerrados, al estilo del Partido Comunista de Cuba, que terminaron hundiéndolo en la peor derrota electoral de la historia en 2020.
El proyecto se extendió exitosamente por 20 estados del centro y la costa este de EE.UU con una espectacular acogida de los jóvenes, mujeres y miembros disgustados del mismo partido y del antiguo PRD. Lo demás, es una historia que refleja la incomprensión de los partidos políticos dominicanos y sus dirigentes sobre la “independencia del voto de la diáspora”.
Ningún partido político dominicano cuenta con un sector externo organizado en el exterior. A solo 47 días de las elecciones dominicanas, ningún partido tiene correctamente organizado el Sector Externo. Solo existe en teoría. Los partidos han ignorado el crecimiento exponencial del voto del exterior que asciende a 870 mil dominicanos, cuya mayoría no está organizada en ningún partido político. Según la JCE, solo en Estados Unidos hay 616 mil 995 personas registradas para votar. Eso representa un 71% del padrón en el exterior y el 11% del universo total de votantes empadronados en la JCE que es de un poco más de 8.1 millones de votantes.
Solo El Gran Santo Domingo supera el Voto de la diáspora de forma significativa porque tiene un 22.54%, el Distrito Nacional y Santiago de Los Caballeros, considerados segundo y tercero, respectivamente, poseen 11.31% el primero y 11.29% el segundo. Significa que están técnicamente empatados con el voto del exterior que es de 11% del universo total de empadronados en la JCE.
Las demás provincias consideradas mayoritarias como San Cristóbal (5.84%), La Vega(4.45%) y las restantes, distan mucho de los 870 mil dominicanos del exterior hábiles para votar. En el exterior, todos los partidos han dejado de lado varios factores críticos de su proyección, como un Sector Externo bien organizado que cambiaría los resultados de la abstención histórica del voto en el exterior que alcanzó el 78% en las pasadas elecciones del 2020.
El crecimiento exponencial en el padrón de las mujeres y los jóvenes, en cuyos segmentos los partidos casi no promueven las propuestas de sus candidatos, aunque estos jóvenes y mujeres no afiliados, por lo general son muy independientes porque viven fuera del país y tienen perspectivas políticas diferentes a las que tienen los residentes en RD o los miembros de los partidos en el exterior. Pero siempre se puede crear un mayor vínculo e integrarlos a los partidos con propuestas que les interesen.
Los partidos dominicanos deben desarrollar un verdadero Sector Externo que permita ampliar su presencia en la diáspora, estrechar la brecha que los separa de los votantes que tienen menos lealtades partidistas arraigadas y están más dispuestos a considerar candidatos independientes u opciones políticas alternativas.
Cuidado con el triunfalismo
El escenario de las elecciones del 19 de mayo no es el mismo que el de febrero. Sin entrar en mucho análisis de números, El PRM tiene que ganar en la primera vuelta sí o sí. Todavía no se puede descartar que uno de los candidatos principales de la Alianza Rescate RD (Leonel Fernández o Abel Martínez) decline en favor del otro, lo que produciría un giro de 180 grados en la campaña política. Todo está sobre la mesa y nada es descartable.
Con los simples números obtenidos del pasado proceso electoral de febrero, si la alianza opositora hubiera ido completamente unida en todos los municipios, los resultados hubieran sido completamente diferentes y perturbadores, incluso, pudieran sugerir un escenario de segunda vuelta para mayo. Que nadie se emborrache ni se duerma en los laureles del triunfalismo.