EL PRIMERO DE MAYO SIEMPRE SERÁ RECORDADO
Por: Jesús Belén de la Cruz
Director de Gobernanzas Digital
Cuando se habla del Día internacional de los Trabajadores o Primero de Mayo, nos referimos, fundamentalmente, a una conmemoración del movimiento obrero mundial, la cual tiene como razón histórica aquellas jornadas de luchas sociales llevadas a cabo para procurar reivindicaciones laborales, políticas y económicas para las clases trabajadoras, tareas que fueron cimentadas y dirigidas por el movimiento obrero y comunista internacional.
Era la época del apogeo de la Revolución Industrial en Estados Unidos. El tiempo marcaba los finales del siglo XIX y Chicago se perfilaba como la meca del desarrollo industrial de la sociedad norteamericana. De diferentes Estados llegaban trabajadores de distintas áreas hacia esta gran ciudad en busca de algunas posibilidades laborales. Razón por cual allí se fue desarrollando una importante clase obrera organizada y combativa.
En aquel Chicago convulsivo, un primero de mayo de 1886, 200 mil trabajadores iniciaron una poderosa huelga en procura de mejores condiciones laborales, entre ellas, la de reducir la jornada de trabajo a 8 horas. Chicago, además de ser una gran plataforma laboral, era una de las ciudades donde los trabajadores recibían mayores abusos y violaciones a sus derechos por parte de los empleadores.
La fábrica de maquinaria agrícola McCormick, una de las pocas empresas que laboraban en esos días de huelga general, pretendía descontar a sus trabajadores una suma importante de dinero para construir una iglesia. Esto provocó grandes protestas y un paro por parte de los trabajadores. Bajo estas condiciones, los dueños de la empresa se dedicaron a buscar “hombres esquiroles” (rompehuelgas), para no detener su proceso productivo.
Los días primero y dos de mayo se presentaron violentas manifestaciones de parte de los trabajadores, siendo las mismas disueltas por parte de la policía local. Un hecho que se estima desató los violentos choques, fue cuando a la salida de uno de los turnos de los “amarillos” (rompehuelgas), los obreros paralizados en protesta se enfrentaron con los esquiroles, situación que fue aprovechada por policías que custodiaban la zona para disparar a quemarropa contra los huelguistas, logrando matar a seis y dejar heridos a decenas de ellos.
Debido a estos acontecimientos violentos y abusivos contra la clase obrera, el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en Paris en 1889, declaró una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago, donde obreros sindicalistas fueron ejecutados en Estados Unidos por participar en las jornadas de lucha en procura de la jornada laboral de ocho horas. A partir de entonces, ese día primero de mayo se convirtió en una jornada reivindicativa internacional a favor de los trabajadores del mundo.
Como un mea culpa por parte de Estados Unidos y Canadá, se entiende el hecho de que estos países prohíban la celebración del primero de mayo como Dia Internacional del Trabajo. Como para no quedar atrás y tratar de confundir al mundo, en sustitución de esta fecha, en Estados Unidos se celebra el “Labor Day”, el primer lunes de septiembre. Estos realizan un desfile en Nueva York que organiza la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo. El presidente estadounidense Grover Cleveland estableció esta celebración en el mes septiembre por el temor a que la fecha de mayo reforzase el movimiento socialista en los Estados Unidos. Desde 1894 Canadá se unió a conmemorar el primer lunes de septiembre en vez del primero de mayo.
Las condiciones de trabajo de aquella época eran totalmente inhumanas, los obreros debían laborar hasta 18 horas corridas y sin descanso. Por esto, como meta principal de estas luchas reivindicativas era hacer valer la máxima de: “ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio y ocho horas de descanso”. A partir de entonces, cualquier funcionario de una compañía de ferrocarril que hubiese obligado a un maquinista o fogonero a trabajar jornadas de 18 horas diarias debía pagar una multa de 25 dólares.
En el año 1904, la II Internacional reunida en Ámsterdam, pidió a “todos los partidos, sindicatos y organizaciones socialdemócratas luchar energéticamente en el Primero de Mayo para lograr el establecimiento legal de la jornada de 8 horas y que se cumplieran las demandas del proletariado para conseguir la paz universal”. Al mismo tiempo el congreso hizo “obligatoria a las organizaciones proletarias de todos los países dejar de trabajar el 1 de mayo, siempre que fuera posible y sin perjuicios para los trabajadores”. De esta forma, en todo el mundo las organizaciones trataron de hacer del Primero de Mayo un día festivo oficial en honor a la clase obrera, lo cual se logró paulatinamente en la mayoría de países.
Para 1968, el presidente Andrew Johnson promulgó la llamada ley Ingersoll, estableciendo la jornada laboral de ocho horas. Mas adelante, diecinueve estados sancionaron leyes con jornadas máximas de ocho y diez horas, aunque siempre con cláusulas que permitían aumentarlas a entre 14 y 18 horas. Aun así, debido a la falta de cumplimiento de la ley Ingersoll, las organizaciones laborales y sindicales de EE. UU. se mantenían en pie de lucha. La prensa norteamericana, no se hizo esperar y se alineo con la clase patronal, acusando a los obreros de anarquistas, indignantes e irrespetuosos. Además de acusarlos de poseer “delirio de lunáticos poco patriotas”, agregando que sus peticiones eran equivalentes “pedir que se pague un salario sin cumplir ninguna hora de trabajo”.
Hoy día, en la República Dominicana, el movimiento obrero se encuentra bastante dividido y muchos de los lideres sindicales no hacen otra cosa que vivir del sudor y esfuerzo de los cientos de miles de trabajadores que de manera tesonera se esfuerzan para producir la riqueza que mueve el mundo. El primero de mayo, siempre será recordado como un movimiento que reivindicó las luchas de los trabajadores por mejores condiciones de vida. Hoy, mañana y siempre habrá un motivo para celebrar el Dia Internacional de los Trabajadores.