El Protocolo en República Dominicana
Por Dayanara Rivera de Campos
El Protocolo a través de la historia establece y marca las pautas de forma normada de los usos, costumbres, tradiciones y reglas que regirán la sociedad en los diferentes segmentos sociales.
El buen conocimiento de estas reglas, nos abrieron paso mundialmente en nuestras relaciones internacionales, cada diplomático al ser designado debe cursar de no tener conocimiento previo Ceremonial y Protocolo de Estado (se imparte en el INESDYC). Una pionera que recordamos trajera de la mano de su marido el conocimiento académico de estas normas para enriquecimiento tanto de los diplomáticos como de los ejecutivos estatales, fue nuestra recordada Doña Rebeca Galan de Vicioso, quien tambien nos dejo su Manual de Etiqueta Social y Normas Protocolares (editora Corripio 2004).
Hoy por hoy, el protocolo de nuestro país deja mucho que desear, vemos a diario jóvenes con cuerpos corpulentos, algunos retocados estéticamente fungiendo como personal de protocolo de una que otra institución, dentro de vestimenta negra cuyo diseño no necesariamente es el debido protocolar, viéndose en ocasiones tan ajustadas que parecen como dicen en el argot popular «un tuti», pero eso no es todo, sin conocimiento básico de las Normas Protocolares y del Ceremonial de estado. Razón por la que encontramos actividades que previstas para una hora empiezan 2 o 3 horas después… montaje de iluminación, sonido u andamiaje durante las horas previstas de inicio de alguna actividad, falta de control de invitados (en ocasiones 2 y 3 listas totalmente distintas) y por ende desconocimiento de la presidencia de los mismos, entre otros desaciertos que se contemplan a diario.
Nuestro país se ha convertido en el país del evento y se ha llegado a la percepción de que montaje de eventos (que se estila a la improvisación) y el Protocolo son lo mismo, cuando en realidad, pocas personas manejan ambos temas, que por cierto trabajan de la mano, pero con funciones muy separadas.
Nuestra sociedad ha perdido el Protocolo! ¡Ya Doña Rebeca no está para enseñarnos lo que ya deberíamos saber! Pero lo peor no es esto, sino que reconociendo que se están haciendo las cosas mal, no nos animamos a cambiar.
Hoy tenemos instituciones donde nuestra bandera nacional permanece izada 24/7, nadie recibe a los visitantes de las mismas, no se levantan las líneas telefónicas y si se hace, falta el apropiado saludo con el nombre de la entidad; no se da seguimiento digital a las efemérides nacionales e internacionales, no se coordina la ofrenda floral en el altar de la patria con la Dirección de Efemérides Patrias y si por casualidad se determina llevar algo, se hace de manera improvisada sin el Protocolo y Ceremonial que conlleva…
Quienes tenemos algún conocimiento del tema rayamos en lo absurdo por constantemente estar haciendo señalamientos de una u otra cosa que nos escandalice, situación que nos ha llevado al punto de observar callados y solo esperar, que un abanderado con voz salga en auxilio del Protocolo en la República Dominicana.
