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En busca de la visión estatal, forjando el futuro de los dominicanos

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¿Qué es el Estado? Un Estado es un conjunto complejo de instituciones que se establece sobre un territorio con un mismo cuerpo jurídico-administrativo, que controla una población, que administra un patrimonio histórico, que separa la propiedad de la tierra con ello el trabajo, estableciendo clases sociales con ello, y que cierra todo este conjunto institucional mediante unas fronteras que implican un Ejército permanente, un cuerpo diplomático y la capacidad de llegar a establecer acuerdos y relaciones exteriores con otras unidades políticas de su mismo rango, lo que regularmente llamamos países. El Estado Dominicano está conformado por los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

El Poder Ejecutivo está constituido por el Jefe de Estado, quien a su vez es el Jefe de Gobierno, y es elegido, junto al cargo de Vicepresidente, por voto popular para un período constitucional de cuatro años en la República Dominicana.

El Poder Legislativo está conformado por los 191 diputados de la Cámara de Diputados y los 31 senadores del Senado, ambos conformando lo que es el Congreso Nacional. El Poder Judicial en la República Dominicana es responsable de impartir justicia y aplicar las leyes de manera imparcial. Consiste en tribunales y jueces que resuelven disputas legales y protegen los derechos de las personas. Su función clave es mantener el Estado de Derecho y garantizar la equidad legal.

¿Qué es un gobierno? Es el conjunto de personas y organismos que gobiernan o dirigen una división político-administrativa por un período de tiempo definido, en nuestro caso, 4 años. Explicado esto, se puede observar que generalmente aquellos que llegan al poder piensan en los logros únicos de ese período de gobierno y no en un seguimiento de un proyecto de nación que en el transcurso del tiempo pueda desarrollar su sociedad y su sistema en aspectos educativos, tecno-científicos, económicos, jurídicos y otros aspectos fundamentales para el avance social.

En la República Dominicana hemos pasado por todo: dictaduras, golpes de estado, invasiones, quiebras de bancos, guerras civiles, 3 Independencias y sumando toda la historia que nos caracteriza desde nuestro inicio como dominicanos, aún no se ha planteado nunca un plan de país. Cada gobernante llega y hace aportes importantes, mayormente infraestructura.

Por ejemplo, tenemos solo 3 puertos para absorber todo el comercio exterior, pero nuestra posición geoestratégica al norte del océano Atlántico, al sur del mar Caribe y al este del canal de la Mona aún no ha desarrollado rutas de comercio lo suficientemente eficientes y abiertas para llevar nuestros mejores productos a todo el mundo. Esto debiese implementarse como una visión del Estado que sea planificada y ejecutada.

 Estamos acomodados geográficamente y aún no nos hemos unificado a reflexionar no como partidos, sino como país, sobre la gran política exterior que podemos desarrollar. Otro aspecto sin planificación es la seguridad en todos sus aspectos, tanto ciudadana como laboral, alimentaria, de la información, jurídica, económica y nacional. La supuesta reforma policial parece una parodia, los sindicatos se han prostituido en su vasta mayoría, no tenemos independencia alimentaria, tecnológicamente nuestras pymes sufren un déficit, la justicia es un chiste, tenemos un sistema de sueldos mínimos, una constitución que nadie respeta y una frontera que para los políticos de estos tiempos no es nada menos que el botín más preciado que ofrece el erario.

A profundidad, podemos señalar que como nación tenemos aspectos sociales bastante deficientes, como algunos ya mencionados. Tenemos muchos aspectos bastante desarrollados, como la macroeconomía, el béisbol, la exportación de azúcar y cacao, la cultura urbana y el turismo, por mencionar varios.

Pero no podemos ser optimistas tóxicos, y como juventud principalmente, tenemos que sentarnos y planificar. ¿Qué queremos como país? ¿Qué sistema nos conviene? Debemos tratar los logros propios como gobierno y no como país. Debemos fortalecer nuestra política exterior e invertir en puertos modernos y más eficientes para aprovechar nuestra privilegiada posición geoestratégica. Finalmente, gracias a todo lo anterior, podemos entender que reflexionar, planificar y ejecutar un proyecto de Estado es lo ideal para nuestro desarrollo.

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