En cinco años 8 policías asesinados en NYC, incluyendo dos dominicanos
Por Ramón Mercedes
NUEVA YORK.- Con el reciente asesinato del agente policial Brian Mulkeen, de 33 años, en El Bronx, ya suman ocho en cinco años los uniformados muertos en el cumplimento de su deber en esta ciudad, incluyendo a los dominicanos Miosotis Familia y Dennis Guerra.
Mulkeen sostenía una lucha cuerpo a cuerpo con un delincuente al tratar de detenerlo y cuando el forajido estaba a punto de apoderarse de la pistola su compañero de arma le disparó, pero los tiros impactaron al agente, quien falleció horas más tarde.
En una situación similar murió en febrero pasado en Queens el detective Brian Simonsen, de 42 años.
Asimismo, en julio del 2017, la policía de origen quisqueyano Familia fue asesinada de un disparo en la cabeza mientras se encontraba prestando servicio en la calle 183 con la avenida Morris, en El Bronx. Luego su agresor fue acribillado a balazos por agentes policiales.
Mientras que Guerra murió al tratar de salvar varias personas durante un incendio en Coney Island en abril de 2014.
Los demás uniformados asesinados son Wenjian Liu, de 32 años y Rafael Ramos, de 40, en 2014 por un pistolero en Brooklyn. Luego fue muerto por varios agentes.
También el joven oficial Brian Moore, de 25 años, asesinado en la calle 212 y la avenida 104 en Queens en mayo 2015 y Randolph Honder, de 33 años, muerto de un disparo en la cabeza frente al edificio 111 E. de la calle 120 en Manhattan.
Actualmente el NYPD tiene cerca de 40 mil uniformados, entre ellos más de 2,500 de origen dominicano, diseminados en los 76 precintos en los cinco condados, siendo Fausto Pichardo el de más alto rango, general, y designado como sub jefe de patrulla dentro de la institución.
Desde que se fundó el Departamento de Policía en la Gran Manzana en el año 1845, hasta la fecha, más de 860 de sus miembros han muerto en el cumplimiento de su deber, según los archivos publicados en medios de comunicación.
Actualmente el NYPD es considerado el más completo en Estados Unidos. Cada año los uniformados neoyorkinos tienen que desenfundar sus armas de reglamento miles de veces para contrarrestar la acción bélica de los delincuentes.
Además, sostienen más de 20 millones de contacto con la población civil, realizan decenas de miles de detenciones y millones de carreras cuando son llamados por la radio estando a pies o en el vehículo policial, en una ciudad con cerca de 10 millones de habitantes.