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Esta noche se cierran los caminos en un debate cara a cara entre Biden y Trump

Es el resultado directo del secuestro de los dos partidos de grupos radicales que han transformado esas organizaciones políticas en sentimientos que solo reflejan intereses grupales, no las preocupaciones de la militancia y del pueblo. Por lo tanto, cada gesto, palabra, distracción o respuesta incoherente, interacción y resistencia a la presión serán examinados minuciosamente en ambos candidatos.
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Nueva York: Este jueves 27 de junio se lleva a cabo un debate histórico en Estados Unidos, organizado y transmitido por CNN, en el que participan los dos candidatos más rechazados en la historia de la campaña proselitista del país: el demócrata Joe Biden y el republicano Donald Trump.

El primero es el actual inquilino de la Casa Blanca, quien tiene 81 años y tiene incertidumbres sobre su capacidad de memoria para continuar gobernando la nación más poderosa del mundo, mientras que el segundo es el expresidente Trump, de 78 años, quien ha sido condenado por un delito grave en Nueva York.

Aunque ambos candidatos tienen una alta tasa de rechazo, se espera que decenas de millones de personas vean el debate esta noche. Si sigue el enfoque de Trump, es probable que mantenga una postura directa y polémica, enfatizando los logros económicos alcanzados durante su presidencia anterior. Puede incitar a Biden y atraer la atención de los medios con un lenguaje inflamatorio.

Por el contrario, Biden podría optar por un tono más moderado y enfocado en las políticas, enfatizando su experiencia en el gobierno y enfatizando la estabilidad y la unidad. Podría concentrarse en áreas como la atención médica, el impacto del cambio climático y la reforma migratoria.

La política exterior, la economía, la atención médica, el cambio climático, la migración y la seguridad nacional podrían ser los temas más relevantes del debate. Es posible que los enfoques de estos temas difieran significativamente entre los dos candidatos, lo que podría resultar en discusiones intensas y argumentos desafiantes.

La gran discrepancia entre los dos candidatos en cuanto a la invasión rusa a Ucrania y el respaldo de Estados Unidos podría marcar un cambio en el debate.

Se espera que ambos candidatos argumenten con datos y estadísticas. Mientras que Trump podría enfocarse más en la retórica y la conexión emocional con su base de votantes, Biden podría enfocarse en presentar planes detallados y propuestas legislativas concretas. La cobertura mediática de este aspecto del evento ha aumentado las expectativas, lo que significa que se espera una mayor interacción entre el público, que estará expuesto al bombardeo de los opinadores o analistas políticos después del debate.

Creo que el enfoque principal del público y los medios estará centrado en asegurarse de que Biden no tiene un problema de capacidad de memoria, tal como señaló Robert Hur, el fiscal especial, sobre el manejo de documentos clasificados por parte de Joe Biden después de su retirada del cargo de vicepresidente en 2017.

En pocas palabras, los analistas políticos podrían evaluar la efectividad de cada candidato en la articulación de sus mensajes, la capacidad para responder preguntas difíciles y la capacidad para controlar el tono del debate. La llegada de Biden y Trump esta noche se presenta con múltiples desafíos, incluyendo una base de votantes que se opone a la retórica política de ambos candidatos debido a que ninguno de ellos es aceptado por la mayoría de los ciudadanos estadounidenses.

Es el resultado directo del secuestro de los dos partidos de grupos radicales que han transformado esas organizaciones políticas en sentimientos que solo reflejan intereses grupales, no las preocupaciones de la militancia y del pueblo. Por lo tanto, cada gesto, palabra, distracción o respuesta incoherente, interacción y resistencia a la presión serán examinados minuciosamente en ambos candidatos.

No se espera que el debate resulte en una pérdida significativa de apoyo por parte de uno de los candidatos, pero sí se cree que va a tener un impacto significativo en el aumento del rechazo de los dos candidatos y en el incremento de las abstenciones, que podrían alcanzar un máximo en noviembre.

Biden pidió celebrar el debate sin audiencia, con lo que Trump estuvo de acuerdo. Además se acordó que los candidatos silencien sus micrófonos cuando no fuera su turno de hablar para evitar una repetición de sus debates caóticos en 2020.

Habrá dos interrupciones comerciales y los candidatos han acordado no consultar al personal ni a otras personas mientras las cámaras están apagadas.

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