Esteban Cabrera augura un futuro incierto del PLD en EE. UU
Nueva York: Viendo el montaje apresurado de un congreso que teóricamente buscaría el reencuentro “partido-diáspora” y la renovación de los cuadros de esa organización política, todo parece indicar que esos objetivos están muy distantes de alcanzarse y muy por el contrario, estos lúgubres acontecimientos prometen encausarse a una reedición de los males que han golpeado al peledeismo en Estados Unidos en las últimas dos décadas.
Los dirigentes altos de ese partido en EE. UU conocen hasta la saciedad cuales son los cambios internos que deben propiciar para que esa entidad se vuelva a conectar con la comunidad dominicana. El desencuentro sociedad-partido pasó de lo sublime a lo salvaje y cruzó el punto de no retorno; mientras sus dirigentes se embriagaban en el néctar del poder y la buena vida.
El encono acumulado y estimulado por la arrogancia de una enorme reserva de “bueyes cansados” que de forma aleatoria habían entrado en una zona de confort a la que ya no renunciarían de ninguna manera. En su arrebato y falta de humildad, no se percataron que al doblar la esquila los esperaba un evento electoral en el que les pasarían factura, sobre la que ya no les quedaría ni el menudo para devolver.
Ahora los grandes dirigentes del PLD en Estados Unidos, ya destituidos de sus “cargotes públicos”, se apresuran a la última parada de su tren: “EL ASALTO AL CONGRESO JOSE JOAQUIN BIDO MEDINA”.
Conocedores de la parte estatutaria que los protegen, se han abalanzado al asalto de ese congreso, porque es lo único que les prolongaría su vida política agónica dentro de ese partido. Siguen obnubilados y lejos de irse todos, se aferran a ese congreso en la seguridad de que sin problemas conservarán sus cargos dirigenciales dentro de las estructuras del PLD, sin dudas, nadie los va a mover ni son poseedores de la prenda que permite el honor de renunciar por el bien de la organización.
Un congreso, cuyo objetivo principal es renovar la organización a través de elecciones internas limpias y sin mañanas. Si no habrá elecciones internas para renovar todos los organismos, entonces, eso no es congreso. Nadie podrá ser presidente de una seccional, de una regional ni de ningún cargo directivo, nadie…
Así que el PLD no tiene otro camino que reeditar los terribles acontecimientos que lo separaron de la diáspora, que lo llevaron a perder todos sus vínculos endémicos con la comunidad, que le llevó al secuestro de su razón de ser, que lo dejaron exiliado en unos acantilados fríos, estériles, que ya no da ni velorio.
