Estiman millones de plantas arrancadas provocaron espumas en Villarpando
Sin especificar la cantidad exacta de plantas saponinas que fueron desmontadas para dar paso al proyecto fotovoltaico en Villarpando, Azua, el director provincial de Medio Ambiente, Víctor Ramírez, admitió que para que se produjera la exorbitante cantidad de espuma durante las lluvias de principio de junio fueron arrancadas millones de ejemplares por tratarse de un terreno de 1,500 tareas que dispone la empresa Natural World Energy Corporation (NWEC).
«Millones de plantas porque es una intervención alrededor de un proyecto fotovoltaico que va a impactar 1,500 tareas de una población de las diferentes especies», explicó a Ramírez, quien además rememoró que estas espumas se producen cuando la planta está en descomposición y entra en contacto con el agua. «Antes las abuelas hacían shampoo con estas plantas y lavaban la ropa blanca», agregó.
El comunicado difundido más temprano por el Ministerio de Medio Ambiente estableció que el Laboratorio de la Dirección General de Aduanas (DGA) determinó que lasespumas en Villarpardo no contenían agentes químicos, sino más bien que fueron provocadas por el desbroce de plantas generadoras de saponina como la sábila y varias especies de cactus, tal como había dicho Ramírez hace una semana cuando hasta se llevó a la boca parte de la espuma para disipar los temores de la sociedad.
La explicación de Ramírez, quien dimensiona la cantidad de plantas afectadas, justifica en parte el hecho mismo, puesto que ambientalistas consultados por consideraron desde un principio que por más sustancia soponina que puedan tener las plantas mencionadas por Medio Ambiente, no se correspondía la cantidad de espuma que alarmó a los azuanos y al resto del país, que pudo enterarse gracias a videos virales en redes sociales.
«De ser por las plantas, deben especificar la dimensión de esa intervención«, manifestó el ambientalista Luis Carvajal. Y así fue.
«El Laboratorio de Aduanas es muy confiable, tanto por los equipos como por los técnicos que lo operan que son calificados y responsables. Me sorprende la cantidad de espumas, puede ser un indicador de la magnitud de la intervención«, expresó.
Coincidieron con Carvajal los ambientalistas Nelson Bautista, de Acción Verde, y Yolanda León de Grupo Jaragua, quienes entienden que Medio Ambiente debe precisar la cantidad de plantas desmontadas y su impacto para la biodiversidad de la zona.
«No se dan detalles de qué muestra exactamente se mandó a analizar ni cómo se tomó y cómo se vincularon con las especies de plantas mencionadas. Estas pruebas dan perfiles en los que se pueden identificar las sustancias específicas en base a una biblioteca previa de compuestos. En este caso debieron ofrecer qué sustancias fueron identificadas, y el perfil coincidente para poder llegar a esas conclusiones», es la opinión de León, quien consideró que los cactus, por lo general, son ricos en mucílagos, no saponinas, «habría que ver el compuesto que identificaron en la DGA».
Para Carvajal, 1,500 tareas de desmonte es una cantidad significativa que puede provocar otros impactos indeseados: erosión, afectación de las dinámicas de poblaciones de fauna y flora, flujo torrencial de las precipitaciones, entre otras.
Medio Ambiente seguirá análisis
En tanto que, tras descartar la presencia de agentes químicos industriales en la espuma de Villarpardo, Medio Ambiente dijo que continuará analizando los resultados de la inspección efectuada el miércoles 7 de junio por parte de la Dirección de Calidad Ambiental, para establecer si hubo algún incumplimiento por parte de la empresa concesionaria que hizo los desmontes que ocasionaron la espuma.
«Concuerdo con que deben ahora verificar el cumplimiento ambiental de los promotores del proyecto que provocó este fenómeno. Es preciso revisar los estudios e informes que avalaron los permisos ambientales», señaló Carvajal.
Concesión a Natural World Energy Corporation (NWEC)
El pasado 17 de junio de 2019, el director de entonces de la Comisión Nacional de Energía (CNE), Ángel Canó, suscribió un contrato de concesión definitiva con la empresa Natural World Energy Corporation (NWEC) para construir elparque solar en Villarpando, Azua, con una inversión superior a los US$110 millones y una capacidad instalada de 100 megavatios.
Este acuerdo lo firmó Canó tras recibir un poder especial del Poder Ejecutivo para los fines. La concesión fue por 25 años.
En aquella ocasión se dijo que el proyecto generará 70 empleos directos permanentes y 400 en el proceso de construcción. Además de que ahorrará al Estado dominicano más de US$30 millones anuales en importaciones de petróleo y llevará electricidad a 195 mil hogares.
El acuerdo otorga un plazo de 25 años para la concesión, con opción a renovación por un nuevo período, sujeta a la cláusula de extinción de los derechos, caducidad y revocación, que se establece en el contrato de concesión definitiva.