Estudiante sospechoso de asesinatos de madrastra, padre y hermano dice oía voces que le decían víctimas querían matarlo
Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ El estudiante universitario del Colegio Comunitario Oswego Community College, Jayden Rivera de 19 años de edad, sospechoso por los asesinatos el domingo de su madrastra dominicana Hanoi Peralta, su padre Jonathan Rivera de 38 y su medio hermano de 5, Kayden Rivera, le dijo a su madre que estaba oyendo voces que le decían que las víctimas querían matarlo.
El estudiante sigue ingresado en el pabellón psiquiátrico del Centro Médico en el condado Westchester donde fue llevado luego de ser arrestado tras cometer los homicidios en el apartamento de la familia en el vecindario Mott Haven donde los cadáveres fueron hallados con múltiples puñaladas y golpes con un objeto contundente.
En nuevos detalles revelados por el jefe de detectives del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), Joseph Kenny en una conferencia de prensa ayer miércoles el oficial dijo que el sospechoso fue a la casa de su madre a la que le confesó los crímenes y ella llamó al 911 para entregarlo a la policía.
Los investigadores dijeron que el estudiante hizo la confesión espontáneamente diciéndole al personal médico que hizo algo malo y que había matado a alguien, añadió Kenny.
La policía sigue trabajando en la recopilación de causa probable y espera acusar al adolescente de los asesinatos de sus padres y hermano cuyos cuerpos descuartizados fueron descubiertos en el edificio la madrugada del domingo.
“Antes de los apuñalamientos, el sospechoso le había dicho a su madre que estaba escuchando voces”, añadió el oficial Kenny en la conferencia de prensa.
«Más tarde, cuando regresó a su casa, volvió a declararle a su madre que estaba escuchando voces y que pensaba que el señor Rivera y la señora Peralta lo iban a lastimar», explicó el investigador.
El estudiante estaba cuidando al pequeño Kayden mientras su padre y su novia salían a una cita para pintar y beber el sábado por la noche mientras arreglaban su relación.
Pero Kenny dijo que en dos momentos durante la noche, los vecinos escucharon a alguien en el pasillo rezando en voz alta el Padre Nuestro en español y escucharon a un hombre y una mujer gritando alrededor de las 2:00 de la madrugada del domingo.
A las 6:40 de la mañana del domingo, la policía respondió a una llamada al 911 descubriendo a Rivera en un charco de sangre en el pasillo del primer piso del edificio donde vivía Peralta con varias puñaladas en el pecho.
La policía entró al apartamento y encontró a Peralta en un dormitorio, también muerto con múltiples heridas de arma blanca, dijo la policía.
El niño, hijo de la pareja, fue hallado en un colchón inflable, apuñalado una vez en el pecho y ocho veces en el torso, hasta el punto de que fue casi destripado, dijo Kenny.
La policía recuperó un pequeño cuchillo de cocina y una olla abollada en la escena, con la que además de las puñaladas, el estudiante golpeó a las víctimas.
«Parece que después de ser apuñaladas, las víctimas fueron golpeadas con una olla hasta el punto de que estaba abollada», explicó Kenny.
Fuentes policiales dijeron que el adolescente ensangrentado se presentó más tarde en el apartamento de su madre en El Bronx y ella llamó al 911.
Fue llevado por los paramédicos al Centro Médico Westchester en Valhalla, donde permaneció hasta el martes, y será trasladado al hospital Bellevue en Manhattan.
El abuelo del niño, Miguel Rivera, de 60 años, dijo que no había señales de agitación en la familia y que Jonathan Rivera nunca tuvo favoritismo con sus cuatro hijos, incluido el hijo mayor sospechoso de los asesinatos.
Un amigo de la familia dijo que Jonathan Rivera y Peralta se separaron hace aproximadamente un año, pero que estaban arreglando las cosas en los últimos meses.
El sospechoso estudiaba con una beca del estado en el colegio SUNY Oswego y Jonathan tenía dos hijas mayores que viven en Connecticut.
La universidad dijo que Rivera se inscribió como estudiante en el otoño de 2022 y «no regresó» para el semestre de primavera de 2023 ni para el comienzo del año escolar actual.
El adolescente no tenía antecedentes documentados de enfermedad mental e incluso los médicos psiquiátricos del Centro Médico Westchester están luchando por comprender la razón de sus presuntos actos violentos.
«A partir de ahora solo vemos esto como un brote psicótico», dijo, y agregó que Rivera pronto será trasladado a una cama forense en el Hospital Bellevue, que tiene recursos más apropiados para lidiar con la gravedad de su estado mental.