Familia de dominicano asesinado por sargento en El Bronx demanda al NYPD por US$350 millones
NUEVA YORK._ La familia del dominicano Allan James Feliz de 31 años de edad, asesinado por el sargento Jonathan Rivera de un balazo al el 17 de octubre 2019 dentro de su vehículo en la avenida Bainbridge, cerca de la calle 211 Este alrededor a las 3:00 de la tarde en El Bronx, sometió el miércoles una demanda por $350 millones de dólares contra el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) y la ciudad, que incluye docenas de casos en los que los policías usaron fuerza excesiva en paradas de tránsito.
El año pasado, los abogados de la familia de Feliz, notificaron a la oficina legal de la alcaldía sobre la intención de someter la demanda, lo que ya formalizaron, haciendo el anuncio junto al abogado litigante Robert Vilensky que representa a los deudos de Feliz, y dijo que la demanda es también en nombre de todas las demás víctimas de policías en la ciudad.
Feliz, quien fue detenido en una parada rutinaria de tránsito estaba desarmado dentro del vehículo, resistiéndose a salir y las escabrosas imágenes del homicidio muestra que primero que atacado varias con descargas casi letales de pistolas eléctricas Taser de los policías, dos hombres y una mujer, y luego Rivera le disparó en la cabeza.
Luego de matarlo, lo sacaron arrastrado de su vehículo y lo registraron vilmente, bajándole los pantalones hasta las rodillas.
Las escenas sacudieron la conciencia de toda la ciudad que rechazó una vez más, la forma brutal en que el sargento mató al dominicano.
La demanda fue presentada el miércoles en la Corte Suprema del Bronx alegando que la muerte de Feliz fue injustificada.
El hermano de Feliz, Sammy Feliz, y su novia, Julie Aquino, también presentaron posibles demandas colectivas contra la ciudad y el NYPD durante desde 2010 hasta el presente, porque la ciudad sancionó, apoyó y / o accedió de otra manera al uso del perfil racial como una herramienta para la aplicación de la ley, incluidas las paradas de tráfico.
La demanda también alega, que en el condado de El Bronx, la ciudad de Nueva York, desde 2010 y hasta la actualidad, los acusados utilizaron fuerza excesiva durante las paradas de tráfico.
Además del sargento Rivera, figuran como demandados específicos los oficiales Edward Barrett, y Michelle Almanzar. Rivera y Almanzar son de origen dominicano y los tres, detuvieron a Feliz y a un acompañante porque creían que los hombres no estaban usando sus cinturones de seguridad, aunque los tenían puestos.
Barrett verificó el número de la licencia de conducir de Feliz, quien había sido sentenciado a cinco años por robo, y encontró una orden de arresto abierta antes de darle una palmada fuera del auto.
Una lucha violenta comenzó cuando Feliz regresó al automóvil y se movió, lo que provocó que los policías, que creían que estaba tratando de alejarse, lo atacaran e intentaran sacarlo con fuerza bruta del automóvil.
«Oye hermano, voy a dispararte», se escucha decir al sargento Rivera en el video mientras Barrett le gritaba a Feliz que ponga el vehículo en modo de “parking” (neutro).
Rivera le disparó un solo tiro matando a Feliz, padre de un niño de 6 meses que tenía con Aquino.
La demanda afirma que Feliz no estaba tratando de alejarse, sino que cuando regresó al auto hizo que avanzara.
«Mi oficina ha presentado una demanda en nombre de la familia Feliz por el asesinato de Allan Feliz, su hijo, padre, hermano y amigo que fue abatido a tiros por la policía que lo había perfilado ilegalmente», dijo el abogado Vilensky.
«La demanda también se presenta en nombre de todos los demás en la ciudad de Nueva York que han sido sometidos ilegalmente a perfiles raciales y brutalidad policial», añadió el jurista litigante.
La demanda busca $100 millones por daños a la familia y otros $250 millones en daños para cualquier persona en la posible demanda colectiva.
Desde enero 2020, el incidente estaba siendo investigado por el NYPD y la oficina de la fiscal general del estado, Letitia James. El estatus actual de la investigación no ha sido revelado.
El portavoz del NYPD, la sargento Mary Frances O’ Donnell dijo, que el departamento no discute litigios pendientes.
Kimberly Joyce, representante de la Oficina Legal de la ciudad, dijo que esa dependencia revisará la queja cuando sea notificada y responderá en consecuencia.
CRONOLOGÍA DEL CASO
Después de matar a Feliz, el sargento Rivera le bajó los pantalones, lo registró y lo esposó, sacudiendo el cadáver varias veces, según muestra otro video publicado horas después de la muerte, mientras la madre de Feliz, Mery Verdeja y sus otros hijos, denunciaron que fue tratado como un perro después de asesinarlo.
Las horrorosas imágenes exponen a uno de los policías (blanco), Edward Barrett, atacando con fuertes puñetazos a la víctima que se resiste a salir del vehículo, mientras le grita “¡sal del carro, sal del carro!”.
El sargento Rivera, toma su pistola eléctrica Taser y hace varias descargas contra Feliz, a pesar de los gritos del civil pidiendo que se detenga.
Luego, dos de los policías entran al carro y uno de ellos agarra y sacude a Feliz por el cuello y el otro lo empuja por la cabeza hacia abajo para tratar de someterlo.
“Voy a tener que dispararte hermano”, le advierte el oficial identificado como el referido sargento, en tanto, la agente Almanzar, pide refuerzos en la escena.
El incidente ocurrió el viernes 17 de octubre en la avenida Bainbridge, cerca de la calle 211 Este alrededor a las 3:00 de la tarde.
La policía alega que los patrulleros detuvieron a Feliz porque no llevaba puesto el cinturón de seguridad, pero después que lo detuvieron y buscaron su récord, la víctima, aparecía con tres órdenes de arrestos.
El sargento Carlos Nieves de la Unidad de Información Pública aparece en el video relatando lo ocurrido y diciendo que Feliz, también entregó a los policías identificaciones de los estados de Ohio y Washington.
El video muestra cuando Barrett se acerca a la ventanilla del lado del conductor y le pide a Feliz su licencia y matrícula, mientras Almanzar se para detrás de él y Rivera espera en el lado del pasajero.
«¿Cuál es el problema?», se escucha a Feliz preguntarle a Barrett, quien le dice que solo quiere ver su licencia.
Barrett luego le pregunta a dónde se dirigía y qué estaba haciendo en El Bronx.
Feliz le explica que se dirigía a Washington Heights (Alto Manhattan) para recoger a su hija y que acababa de salir de la casa de su novia.
Tanto Feliz como un hombre que le acompañaba tenían puestos sus cinturones de seguridad, pero cuando Barrett chequeó la licencia, notó la orden de arresto activa y le exigió a Feliz que saliera del vehículo.
«Oye, déjame hablarte muy rápido», le dice Barrett a Feliz. «Estás en problemas, hombre, pero tengo que hablar contigo».
Barrett le dio unas palmaditas a Feliz y el joven volvió a sentarse dentro del auto, pero de repente comienza a alejarse, según la policía, lo que no se muestra en el video.
De repente, se produce una lucha violenta con Rivera desplegando una pistola Taser desde la ventana del lado del pasajero, causando que Feliz grite de dolor.
Barrett luego intenta sacar a Feliz del auto.
Ahí es cuando Rivera entra al auto por el lado del pasajero con su arma en la mano.
«Oye, si tengo que terminar disparándote hermano, te voy a disparar», le grita Rivera mientras Feliz continúa gritando.
«Yo hermano, voy a dispararte», le repite Rivera mientras Barrett le grita a Feliz » ponlo en parking, ponlo en el parking».
Mientras tanto, el aterrorizado compañero de Feliz le ruega a Rivera que no lo lastime.
«Por favor, no me disparen, por favor no me disparen», suplica el acompañante mientras Rivera y Barrett continúan luchando con Feliz, golpeándolo con la pistola y con los puños.
En algún momento antes de que Rivera disparara el balazo que mató a Feliz, la cámara corporal de Barrett es arrojada al suelo y aplastada por un automóvil.
La cámara corporal de Rivera también se detuvo antes de disparar su arma y la policía asegura que se apagó accidentalmente durante el incidente.
La cámara de Almanzar es la única que grabó el tiro, pero solo se escucha el sonido del balazo.
Ella y Barrett saltan repentinamente del vehículo.
«¡Yo, yo!”, vociferó Almanzar en referencia a que él le había disparado a Feliz.
«¡Oh Dios mío sargento!”, grita la oficial antes de que sonara el disparo.
«La división de investigación de fuerza de la policía de Nueva York, junto con la oficina de la Fiscal General del Estado de Nueva York, continuará investigando y analizando este incidente a medida que se realicen más entrevistas y se completen las pruebas forenses», dijo el sargento Nieves.
“Una vez completada la investigación, los hechos del caso se presentarán a la Junta de Revisión de Uso de la Fuerza del primer comisionado adjunto, donde se evaluarán las pruebas para determinar si el uso de fuerza letal estuvo justificado en este caso y dentro de las pautas del departamento», añadió el portavoz.