FIFA estaría dispuesta a trasladar partidos del Mundial fuera de California tras comentarios de Trump sobre San Francisco y Los Ángeles

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Los Ángeles: En medio de crecientes tensiones políticas, la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) ha dejado entrever que podría considerar trasladar algunos partidos del Mundial 2026 fuera de California si el gobierno de Estados Unidos determinara que ciertas ciudades anfitrionas no garantizan condiciones de seguridad adecuadas. La declaración se produce tras las recientes palabras del presidente Donald Trump, quien cuestionó públicamente la idoneidad de San Francisco y Los Ángeles como sedes del torneo.

Durante una entrevista, Trump aseguró que, si percibe que alguna ciudad no cumple con los estándares de seguridad, pediría directamente al presidente de la FIFA, Gianni Infantino, cambiar la sede. “Si alguien está haciendo un mal trabajo, y si siento que hay condiciones inseguras, llamaría a Gianni… diría ‘movámoslo a otra ubicación’, y él lo haría… muy fácilmente”, afirmó el mandatario, agregando críticas hacia el gobernador de California, Gavin Newsom, a quien acusó de una gestión deficiente en materia de seguridad pública.

Ante las declaraciones, la FIFA emitió un comunicado señalando que la seguridad y la protección son prioridades fundamentales en todos sus eventos, y que los gobiernos son responsables de garantizar la seguridad pública. “Esperamos que cada una de nuestras 16 ciudades anfitrionas esté lista para cumplir con todos los requisitos necesarios”, indicó el organismo. Este mensaje fue interpretado por algunos analistas como un gesto de alineación con las declaraciones del presidente, al reconocer la autoridad de los gobiernos para determinar la viabilidad de las sedes.

Sin embargo, el vicepresidente de la FIFA, Victor Montagliani, adoptó una postura más firme al afirmar que la organización es la única responsable de decidir dónde se disputan los partidos del Mundial, sin influencia política externa. “Es el torneo de la FIFA, es su jurisdicción; FIFA toma esas decisiones”, declaró Montagliani, intentando disipar dudas sobre una posible injerencia del gobierno estadounidense.

Expertos en derecho deportivo han señalado que el presidente de Estados Unidos no tiene autoridad legal para modificar o revocar los contratos entre FIFA y las ciudades anfitrionas. Estos acuerdos, firmados años atrás, incluyen cláusulas vinculantes sobre seguridad, infraestructura y logística. Cualquier cambio abrupto podría generar conflictos legales, pérdidas económicas y una ruptura con las autoridades locales que han invertido millones de dólares en la preparación del evento.

California albergará dos de los estadios más importantes del Mundial 2026, el Levi’s Stadium en Santa Clara, en el área de la Bahía de San Francisco, y el SoFi Stadium en Inglewood, área metropolitana de Los Ángeles. Ambos escenarios tienen asignados múltiples partidos, incluidos encuentros de eliminación directa. Sin embargo, el estado enfrenta presiones presupuestarias significativas y ha tenido que destinar recursos adicionales para cubrir los costos de seguridad y organización, con una partida estatal de 10 millones de dólares aprobada recientemente para apoyar a ambas sedes.

Aunque el comunicado de FIFA no confirma ningún cambio de sede, sí deja abierta la posibilidad de reconsiderar escenarios en caso de “circunstancias excepcionales”. Las palabras de Trump han añadido incertidumbre a una organización que involucra a tres países, Estados Unidos, Canadá y México,  y que ya se enfrenta a desafíos logísticos sin precedentes.

Fuentes cercanas a los comités organizadores locales aseguran que las ciudades californianas reforzarán sus planes de seguridad y sus comunicaciones con la Casa Blanca y con FIFA para evitar cualquier intento de traslado. “No se trata solo de fútbol, sino de reputación, economía y confianza internacional”, señaló un funcionario del área de Los Ángeles bajo condición de anonimato.

El conflicto entre la retórica presidencial y la independencia de FIFA refleja una tensión más profunda sobre la autonomía del deporte frente al poder político. Mientras Trump insiste en que su prioridad es la seguridad nacional, los dirigentes del fútbol global buscan evitar que el evento más importante del planeta se vea envuelto en controversias políticas.

Por ahora, tanto San Francisco como Los Ángeles siguen siendo sedes oficiales del Mundial 2026. No obstante, la advertencia de Trump y la respuesta ambigua de FIFA han dejado abierta una pregunta que inquieta a millones de aficionados: ¿podría la política terminar desplazando al fútbol en la Copa del Mundo más grande de la historia?

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