Grandes marcas y corporaciones con tiendas en el Alto Manhattan también sufren golpe del coronavirus
NUEVA YORK._ Las grandes marcas y corporaciones que económicamente se han adueñado de los centros económicos más importantes del mundo y el mercado de consumo compulsivo y que cuentan con numerosas tiendas y dealers en el Alto Manhattan, no escapan del golpe financiero del coronavirus y las ha obligado a cerrar sus ventas en medio de la crisis, además de dejar sin empleo a docenas de dominicanos y dominicanas.
Un recorrido de este reportero ayer jueves 26 de marzo en la tarde, hora pico de compras, muestra la desolación y el virtual colapso económico de esas empresas, símbolos del poder económico y el glamour en el planeta tierra.
Entre las tiendas cerradas, están las de Marshalls, GAP Factory Store, dos de las más grandes cadenas de Estados Unidos y el mundo, además de las telefónicas T-Mobile, Sprint, Metro PCS, AT&T y Verizon, McDonald´s, que se está limitando a vender comida para llevar, la cadena de supermercados Cristedes, Popeyes, Dollar Discount, las cadenas de gimnasios Planet Fitness y Blink, y la cadena de tiendas de tenis Foot Locker que ahora están a la par de cientos de medianos y pequeños negocios establecidos en el Alto Manhattan que sufren los estragos económicos del coronavirus.
De contar con una clientela a la que monopolizan como el caso de Marshalls, parte de las más afamadas marcas, estas grandes tiendas se han quedado sin nada como rastro de la secuela que financieramente está dejando el coronavirus en Nueva York y el mundo.
Los dealers de vehículos, que tradicionalmente comienzan a hacer su “agosto” para esta temporada de primavera, también se anexan a los grandes negocios, marcas y corporaciones que están siendo golpeadas por la siniestra factura de la pandemia.
Cotidianamente, con cientos de compradores, sus espacios están cerrados y vacíos, a la espera de que el COVID-19 ceda en su secuela de muerte y claustro masivo.
La situación por la que están atravesando las grandes corporaciones, suma otro gran zarpazo a la destrozada economía de los comerciantes más pequeños, y sus cientos de empleados.