Hay que rescatar a “RESCATE RD” (Crónica de una muerte anunciada)
ROLANDO ROBLES rolrobles@hotmail.com
Más o menos a las 3:30 PM, me apresuré a llegar a casa porque sentía necesidad de estar frente al televisor. Por un motivo que aún no he podido explicarme a mi mismo, yo presentía y también sentía, que estaba al borde de presenciar una tragicomedia y que tal y como sucede en los grandes absurdos de la historia, al final me iba a quedar con un sabor agridulce en el paladar de la mente (no me critiquen, pues ya les dije hablo de tiempos absurdos).
El acto -que nadie supo en realidad para que era- empezó hora y media más tarde de lo previsto y mientras tanto, galopaba sin riendas, pero bien clavado de espuelas, el corcel de la imaginación, preguntándose todos ¿cuál sería la fórmula maravillosa que encontró la dirección de RESCATE RD para revertir la pela de calzón quita’o que Luis Abinader les dio el 18 de febrero? ¿y será verdad que este trío de bergantes ha hecho toda esta bulla para salir con este mayúsculo disparate?
¿Usted tiene idea de la ilusión que se hicieron miles de dirigentes y candidatos de la oposición que, por un momento pensaron que había luz al final de ese túnel infinito que representa el PRM con Luis Abinader, a la cabeza de un gobierno que promete seguir al mando no sabemos hasta cuándo?
Cuando ya estaba comenzado el sainete (recuerden, todos están jugando con cartas marcadas y nadie planea pagar si pierde), se presentó la doña, repartiendo besitos y abrazos al granel; a todo el mundo le tocó el suyo, menos al que una vez era dueño de la finca. Mientras tanto, a Danilo se le notaba que estaba de pláceme, sonriente hasta mas no poder, pero nunca enseñó los dientes o sea, el hombre aprendió a reírse con los ojos.
A Leoncio no lo pude observar muy bien, pero lo noté medio tristongo. Yo no creo que él personalmente tuviera esperanza alguna; ahora, lo que de seguro no le gustó fue la cara de “yo no fui” que tenía Danilo. Él siempre ha sabido que el tipo ese de Arroyo Caño es peligroso y no lo quiere muy cerca.
El Jefe y promotor del Junte, el MVP, se la lució. Habló por un tubo y siete llaves y no pareció que usaba telepronter; grandiosa exhibición de memoria y además, se cuidó de que no le creciera la nariz como a Pinocho. Porque a fin de cuenta, él no prometió nada nuevo; simplemente se limitó a seguir con la historieta esa de que “si llevamos la gente a votar: no nos matan hoy, sino mañana”. El asunto es que Luis ahora tiene cerca de 70% de intención de voto. Sin embargo, la gente cree que Miguel Vargas es el único que saldrá ganando algo del Trio Rescate, aunque no saque el ansiado 5% que garantiza la vida futura del PRD.
Como a mitad de camino, me empezaron a llamar los amigos del Jabalí que son miembros y simpatizantes de los tres partidos. Las preguntas y comentarios eran siempre de doble sentido y triple respuesta. Nadie creía que el show era de ese calibre: ¿Un fin de semana para salir con esta patraña? ¡Y los pobres leonelistas haciendo cocote! ¡La montaña parió un ratón! ¡Esto es lo que se llama un cubo bien echao! ¡Qué Barbarazos! ¡Y ahora, ¿quién podrá defendernos! Son algunas de las expresiones oídas ayer noche.
Después me llamaron los hijos míos. Uno medio lloroso me dijo; !Cóño Papi, que cubo! A McCoy lo llamé y no me respondió, pero me puso una nota por whatsApp: “No puedo hablar hasta mañana, me sacaron una uña del pie izquierdo”. Terminado el show, fui yo quien llamó a mi amigo Esteban Cabrera, para que me diera luz en este laberinto, porque no acabo de entender para qué diablo hicieron todo este show de mal gusto:
“Oye Jabalí, tú estás preocupado por lo que la gente va a pensar de estos tres partidos, pero a mi lo que me asusta es lo que puede hacer un grupo de candidatos a diputados y senadores que hasta han cogido millones prestado, creyendo que era verdad que esta gente estaba pensando en unirse de verdad y soñar con conseguir los votos. Oye que te lo digo hoy, puede haber problemas mayores por este engaño, los cogieron de pendejos y eso es peligroso”.
Ya para terminar, solo me resta decirles que no se preocupen, vendrán días mejores.
¡Vivimos, seguiremos disparando!