IndyCar: 500 Millas de Indianápolis, pasadas por agua
Desde la mitad de la semana, el pronóstico era poco alentador para la hora pautada para las 500 Millas de Indianápolis, quinta fecha de IndyCar. El parte anunciaba 90% de probabilidad de lluvias y tormentas, y no falló.
El público estaba en las tribunas o en las vastas zonas de merchandising y comidas, cuando llegó el comunicado de la categoría: se aplazó todo el protocolo previo de la partida (himno, discursos y demás) y la largada. Además, se les pidió a los espectadores que abandonaran las gradas ante la inminente llegada de tormentas eléctricas.
Un rato después, el cielo se abrió y comenzó el diluvio. La pista se inundó y todos se guardaron. Pasado lo peor de la lluvia, la gente comenzó a instalarse otra vez en sus lugares, pero aún continuaba una llovizna y para que haya actividad en los óvalos no puede caer una gota. Así que, la organización aguardará lo máximo posible para tratar de disputar la carrera o al menos comenzarla y, de no finalizarla, continuar el lunes. En caso de ni siquiera poder arrancar, se pasaría todo para este lunes, algo que solo ocurrió una vez en 107 ediciones de la carrerea: fue en 1997.
Agustín Canapino largará 22° en su segunda participación en la mítica carrera. Cuando pare la lluvia, el secado de la pista puede demorar entre 70 y 90 minutos para dejarla perfecta.