Israel lanza ataque inédito contra instalaciones de defensa iraníes a gran distancia

Israel llevó a cabo un ataque aéreo sin precedentes contra infraestructuras de defensa y componentes estratégicos del programa nuclear iraní, en un radio de acción que supera ampliamente cualquier operación anterior en términos de alcance geográfico. Por primera vez, las fuerzas israelíes impactaron objetivos ubicados en el corazón de Irán, cruzando más de mil quinientos kilómetros de distancia desde territorio israelí.
La operación, ejecutada durante la noche del viernes, incluyó bombardeos selectivos sobre centros de desarrollo nuclear, sistemas de defensa antiaérea y cuarteles del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica. Las detonaciones se registraron en múltiples puntos estratégicos, incluyendo zonas cercanas a Teherán, así como en instalaciones de alto valor como las ubicadas en Natanz, Fordow y otras áreas clave para el desarrollo de capacidades balísticas iraníes.
Fuentes militares israelíes aseguran que el ataque fue ejecutado con éxito gracias a una combinación de aeronaves de combate, inteligencia satelital y operaciones encubiertas que permitieron neutralizar parcialmente los sistemas de defensa aérea iraníes. Se presume que unidades especiales del Mossad participaron directamente en el terreno, contribuyendo a debilitar los mecanismos de detección y respuesta del régimen persa.
El Ministerio de Defensa de Irán confirmó que varias instalaciones militares y científicas sufrieron daños considerables. Además, medios oficiales reportaron la muerte de altos mandos militares y científicos vinculados al programa nuclear, lo que representa un golpe significativo a la estructura interna del aparato de seguridad iraní.
La respuesta de Teherán no se hizo esperar. Horas después del bombardeo, el régimen iraní lanzó una serie de misiles y drones contra territorio israelí. Las sirenas de alerta sonaron en diversas ciudades, incluyendo Tel Aviv y Jerusalén. Aunque la mayoría de los proyectiles fueron interceptados por el sistema de defensa israelí, algunas zonas urbanas registraron impactos que provocaron víctimas civiles y daños materiales.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación ante una posible escalada del conflicto. Mientras Irán califica el ataque como una “declaración formal de guerra”, Estados Unidos, si bien niega haber participado directamente, habría sido informado previamente sobre la operación. Diversos países del Golfo y organismos multilaterales han pedido contención a ambas partes para evitar una confrontación regional de mayores proporciones.
Expertos en geopolítica advierten que esta ofensiva marca un cambio radical en la postura de seguridad israelí, al extender su capacidad ofensiva más allá de sus zonas habituales de influencia. La incursión establece un nuevo precedente en la rivalidad entre Israel e Irán, en un momento en que las negociaciones nucleares se encuentran estancadas y la región atraviesa un periodo de alta tensión.
Por ahora, la situación sigue siendo extremadamente volátil. Aunque Israel no ha confirmado si se trata de una operación aislada o del inicio de una campaña prolongada, altos mandos militares han asegurado que el país está preparado para continuar sus acciones “por el tiempo que sea necesario”.
Este ataque abre un nuevo capítulo en la ya frágil estabilidad del Medio Oriente, y coloca a la comunidad internacional frente al desafío urgente de evitar una guerra de gran escala en la región.