Japón denuncia una oleada de acoso telefónico procedentes de China
Japón se ha visto inundado de comunicaciones procedentes de Chinadesde el 24 de agosto, cuando comenzó a verterse al mar el agua tratada de la central de Fukushima. Esta campaña de acoso telefónico y de llamadas en Internet para boicotear los productos japoneses se está intensificando y tiene como objetivo un número cada vez mayor de empresas, negocios e instituciones japonesas. Japón denuncia estos ataques y pide a Pekín que garantice la seguridad de los japoneses residentes en China.
El centro cultural Edogawa de Tokio ha acabado bloqueando cientos de llamadas telefónicas y mensajes de texto diarioscon el prefijo “86”, el código de país de China. Hospitales, servicios de ambulancias y de atención a los ancianos de la capital japonesa afirman que estas llamadas repetidas ponen en peligro la vida de las personas con las que intentan comunicarse.
Miles de llamadas
En la región de Fukushima, las escuelas y restaurantes están recibiendo miles de llamadas en chino e inglés en las que se insta a Japón a que deje de verter al marel agua filtrada y diluida de la central de Fukushima. El Organismo Internacional de la Energía Atómica está supervisando el proceso in situ. Ha descubierto que la concentración de tritio, la única sustancia radiactiva que no puede eliminarse, está “muy por debajo del límite operativo”.
Este lunes, Tokio convocó al embajador chino en Japón para protestar por la oleada de acoso telefónico por parte de China.
Japón pretende evacuar al Océano Pacífico el volumen equivalente a 500 piscinas olímpicas de agua tratada procedente de la central de Fukushima. El gobierno japonés ha pedido a China que solicite a sus ciudadanos que dejen de realizar estas inoportunas llamadas telefónicas, pero ha sido en vano.
En las redes sociales, los internautas chinos están compartiendo videos en los que aparecen llamando a números japoneses. La embajada japonesa en China aconseja a sus ciudadanos que se abstengan de hablar en japonés en voz alta. Incluso se han lanzado piedras y huevos contra dos escuelas japonesas en el este de China.