Juez concluye que Melissa Lucio, de Texas, condenada a muerte por asesinar a su hija, es inocente
Los esfuerzos para liberar a Melissa Lucio, una mujer de Texas cuya ejecución fue aplazada en 2022 ante las crecientes dudas de que hubiera golpeado fatalmente a su hija de 2 años, se vieron significativamente impulsados luego de que un juez concluyera que la acusada es inocente del delito asesinato punible con la pena de muerte.
El juez sénior del distrito estatal Arturo Nelson concluyó que los fiscales presentaron testimonios falsos, suprimieron evidencia y que nuevas pruebas científicas que no estaban disponibles durante el juicio de Lucio en 2008 socavan y contradicen las pruebas presentadas por la fiscalía. Recomendó que la declaración de culpabilidad y la sentencia de muerte de Lucio fueran anuladas.
“Este tribunal encuentra que (Lucio) ha proporcionado pruebas claras y convincentes de que realmente es inocente del delito de asesinato punible con la pena de muerte”, escribió Nelson en un fallo de 62 páginas que firmó en octubre, pero que no se hizo público sino hasta el jueves.
Lucio ha insistido durante mucho tiempo en que es inocente y que su hija Mariah murió debido a una lesión en la cabeza que sufrió cuando accidentalmente cayó por una escalera empinada dos días antes de su muerte.
La recomendación de Nelson ha sido enviada a la Corte de Apelaciones Penales de Texas, la cual tomará la decisión final en el caso de Lucio. No se ha fijado una fecha para el fallo del tribunal de apelaciones. El caso de Lucio ha recibido el apoyo de celebridades como Kim Kardashian y de un grupo bipartidista de legisladores.
“Esta es la mejor noticia que podríamos recibir ahora que comienza la temporada de fiestas” de fin de año, dijeron en un comunicado John y Michelle Lucio, hijo y nuera de Melissa Lucio. “Oramos para que nuestra madre pronto esté en casa”.
Vanessa Potkin, directora de litigios especiales del Innocence Project (una organización nacional que lucha para liberar a personas inocentes de la cárcel) y una de las abogadas de Lucio, dijo que había sido “enviada al corredor de la muerte por un crimen que nunca cometió”.
La fiscalía del distrito del condado de Cameron, que inició el proceso contra Lucio, no respondió de inmediato a un correo electrónico solicitando comentarios.
Lucio, de 56 años, iba a ser ejecutada mediante una inyección letal en abril de 2022 por la muerte de su hija en 2007, en Harlingen, una ciudad de unos 71.000 habitantes en el extremo sur de Texas. Pero la Corte de Apelaciones Penales de Texas detuvo su inyección letal dos días antes para que las aseveraciones de Lucio de que existían nuevas pruebas que podrían exonerarla pudieran ser revisadas.
El tribunal de apelaciones había pedido al tribunal de primera instancia revisar cuatro alegatos de los abogados de Lucio: el hecho de que los fiscales supuestamente usaron testimonios falsos; existían pruebas científicas previamente no disponibles que impedirían su condena; el hecho de que Lucio era, en verdad, inocente; y el hecho de que los fiscales no analizaron evidencia en favor de Lucio.
En abril, Nelson había aprobado un acuerdo entre la fiscalía y la defensa de Lucio que encontró que su declaración de culpabilidad debería ser anulada ante hallazgos de que había evidencia a su favor que no había sido tomada en cuenta durante su juicio por asesinato. Los fiscales habían argumentado anteriormente que Mariah había sido víctima de maltrato y señalaron que su cuerpo estaba cubierto de moretones.
El tribunal de apelaciones le devolvió el caso a Nelson en junio, pidiéndole que también hiciera recomendaciones sobre los otros tres alegatos.
Nelson también falló a favor de Lucio con relación a los otros tres puntos y culpó a los fiscales de haber presentado el peritaje de expertos médicos que afirmaban que las lesiones de la niña sólo podrían haber sido causadas por maltrato y de haber presentado un “testimonio científicamente incorrecto” de un agente de la División de los Rangers del Departamento de Seguridad Pública de Texas quien aseguró que sabía que Lucio era culpable debido a su comportamiento y lenguaje corporal durante el interrogatorio.