Por Araceli Aguilar Salgado
“Solo sabiendo quiénes somos podremos empezar a ser mejores para nosotros mismos y para los demás”. Jorge Bucay
Un año en el que el virus del Conv-19, mismo que no podemos ver, nos recordó y demostró nuestra fragilidad y vulnerabilidad como seres humanos que todos somos iguales en el mundo.
Ahora con la llegada oficial del invierno, no podemos eliminar el coronavirus a nuestra voluntad, pero podemos reducir el riesgo de infectarnos, la pandemia nos está enseñando muchas cosas, una de ellas tiene que ver con la percepción que se tiene sobre el coronavirus y sus consecuencias por lo que hay que actuar en los tres ámbitos: En sentimientos, en pensamientos y en comportamientos, éstas serán las tres vías por las que podemos empezar a cambiarlo todo.
Este 21 de diciembre de 2020 nos llegaron los días más fríos a nuestras tierras y al resto de países del hemisferio norte, esto gracias a que desde ese mismo día da comienzo el solsticio de invierno en punto de las 4:03 am.
Así como todos los años, se espera dicho solsticio traiga consigo al día más corto del año, refiriéndose a la luz solar, ya que el Sol tendrá un recorrido más corto el próximo 21 de diciembre, por lo que en este mismo día tendremos la noche más larga del año, este fenómeno se debe a la posición de la Tierra con respecto al Sol: nuestro planeta está más inclinado, por lo que el astro Rey alcanza una menor altura en el horizonte y esto provoca que tengamos menos horas de luz solar, y que desciendan las temperaturas, por lo que solsticio de diciembre, el Sol alcanza su posición más al sur en el cielo, sin importar en qué lugar de la Tierra nos encontremos.
En el hemisferio norte, el Sol recorre su camino más bajo y más corto a través del cielo ese día, así, en el norte, el solsticio trae el día más corto del año, en términos de horas de luz solar como consecuencia del inicio del solsticio de invierno se esperan que para los próximos meses de enero y febrero tengamos las temperaturas más frías del año, por lo que es indispensable el resguardo y los cuidados adecuados ante temperaturas tan bajas hasta el 20 de marzo del próximo año que es cuando oficialmente termina el invierno con un equinoccio de primavera.
El vocablo “solsticio” proviene del latín y significa literalmente “sol quieto”, el gran astro se detiene para comenzar un nuevo ciclo, tenemos la posibilidad de conectarnos con esta influencia y aprovechar la pausa de nuestra estrella vital, por lo que el solsticio de invierno cuando el eje de rotación de nuestro planeta se encuentra inclinado 23.4 grados respecto al Sol, lo que científicamente produce el otoño y el invierno en los meses de septiembre y diciembre, gracias a la lejanía de la tierra con el Sol.
En este solsticio diversas personas están enfrentándose en estos tiempos tan particulares de pandemia y crisis al vacío y la desolación, a la más absoluta incertidumbre e incluso desesperación, por el derrumbe de estructuras que creían sólidas, luego de la noche más oscura, sólo nos queda ver crecer la luz, cada día un poco más, a partir del solsticio las horas de luz comienzan sutilmente a extenderse, nos proponen comenzar a construir, sembrar y resurgir poco a poco, de a pequeños pasos, con la sutileza, certeza de afrontar ganar esta guerra
No bajen la guardia, cuídense y cuiden a los suyos, celebren estas fiestas en la intimidad de su hogar y con medidas de bioseguridad, recuerden que el covid-19 no desaparecerá de la noche a la mañana y derivado de ello en esta Navidad deben acatar las recomendaciones respecto al uso del cubre bocas, mascarillas, caretas, guantes, lavado frecuente de manos, sanitizantes, geles, alcohol y distanciamiento social.
Las veladas virtuales son una oportunidad de festejar con los familiares y amigos que están más lejos o con los que se debe mantener más distanciamiento social para preservar la vida, en los últimos nueve meses se ha probado la eficacia de la tecnología en esta coyuntura, entonces utilicen su creatividad para programar encuentros por vía zoom, video llamadas, Facebook, wasap, internet en fin ocupen todas esas aplicaciones tecnológicas para esos reencuentros con amigos, familia.
Si perdieron a un ser querido este año, que la Navidad sea una época para recordarlos con mucho amor y gratitud, es muy cierto, serán inevitables la tristeza, la pena y la nostalgia por la ausencia física, no se priven de sentirlas y honren su memoria siguiendo sus tradiciones, enseñanzas y rituales durante este tiempo, perpetúen su legado de amor con acciones en su memoria y comprobará cómo le reconfortan su corazón.
Elijan ser felices. Todo es temporal, ya esta pandemia por coronavirus nos recordó que no tenemos control de la mayor parte de las cosas, más sí tenemos a nuestro alcance la actitud con la que enfrentamos los momentos difíciles; así que vivan las fechas especiales como lo es la Navidad, ya que la humanidad está condenada al destino inapelable que escribió el dedo creador del Universo, Dios.
De igual manera en medio de una pandemia despiadada, este día se podrá admira, luego de 800 años, nuevamente la gran conjunción astral que conforma la luminosidad celestial denominada la Estrella de Belem, nuevamente el mundo será iluminado por el reflejo brillante de la conjunción de Júpiter y Saturno, despidiendo simbólicamente con esta señal a este catastrófico 2020 año de pandemia por coronavirus, algo semejante a aquella Navidad del inicio de la nueva época, nuevamente aparecerá esta estrella, anunciando el nacimiento de una nueva era cargada de misterio para nuestro consuelo, recuperación de la fe y la esperanza de que esta pandemia pasará en breve por la acción divina.
En la cual todos los seres humanos de este planeta tendrán la oportunidad de recuperar la armonía que nos hace seres extraordinarios, valiosos y excepcionales, nos renacerá la esperanza y se consolidará la solidaridad con los más vulnerables, volverá el amor por el bien del otro, ese amor al prójimo y por la protección de nuestro planeta.
Más allá de las creencias que cada quien tiene y albergar, hoy debido a este virus del Covid-19 estamos llevando una vida de aislamiento, además de los contagios y lamentables muertes que sigue causado en el mundo, de igual manera está atacando al corazón de la economía: el comercio, las cadenas de suministro, las empresas, los trabajos, ciudades y países enteros están en parados por la pandemia del coronavirus, mas no significa que estamos solos, la solidaridad nos hará ser cada vez más fuertes, no nos olvidemos que la esencia de la vida es servir a otros y hacer el bien, así describió el filósofo Aristóteles el valor de la solidaridad, el cual está emparentado con la compasión , con la generosidad y con la solidaridad
Por lo que esta pandemia nos está colocando a prueba la disciplina, la responsabilidad social y por sobre todo la capacidad de ser solidarios, ya que los desafíos son inmensos, pero la capacidad de la humanidad para resolver problemas es mayor.
Y el mundo en tiempos de coronavirus será recordado como tiempos de generosidad y de solidaridad, al margen de cómo evolucione el futuro con la luz de esperanza, fraternidad, armonía por un mundo mejor, cuidémonos haciendo unidad con educación y responsabilidad social y sobre todo con amor, fé, fuerza y esperanza que hará la magia de renacer en el amor, sin amor, la humanidad no podría existir un día más, no olvidemos que uno a uno, somos mortales; Juntos somos eternos ¡Ganaremos la Guerra contra este virus!
“Ama muchas cosas, porque en amar existe la verdadera fuerza y quien ama mucho logrará mucho, y lo que se hace con amor está bien hecho”- Vincent Van Gogh
Araceli Aguilar Salgado Periodista, Abogada, Ingeniera, Escritora, Analista y Comentarista mexicana, del Estado de Guerrero, México.