Las FDI reanudan los ataques contra Hamás en Gaza, poniendo fin al alto el fuego.

La nueva operación en Gaza pareció sorprender a todo el mundo, pero ¿lo fue?
Varias fuentes israelíes de alto rango ya han confirmado a The Jerusalem Post que la fecha de la operación se coordinó con la de Estados Unidos.
Sin embargo, fuentes de defensa se han negado a confirmar o negar si la fecha se planeó para coincidir con los ataques aéreos estadounidenses contra los hutíes o para que coincidieran con ellos.
Los beneficios de esta coordinación son evidentes.
Los hutíes, con sus misiles balísticos, son el último aliado iraní que podría amenazar a Israel de forma más viable de inmediato en represalia por un retorno a la guerra como parece estar ocurriendo.
Hamás no ha logrado disparar un solo cohete desde que comenzó la operación a las 14:00.
Hezbolá guarda silencio tras la paliza recibida el pasado otoño. El régimen sirio de Assad ya no existe, por lo que las milicias iraníes no pueden atacar a Israel desde territorio sirio o les resultará mucho más difícil, también debido a la zona de amortiguación israelí.
Sin embargo, hasta hace poco, los hutíes habían pagado un precio relativamente bajo por parte de Israel y Estados Unidos por sus más de 400 ataques contra Israel a lo largo de la guerra.
Israel había atacado a los hutíes cinco veces y Estados Unidos muchas más.
Pero todos estos ataques se habían llevado a cabo con fuertes restricciones, y ninguno tenía como objetivo a altos funcionarios hutíes, algo que Estados Unidos afirmó haber logrado con éxito esta semana.
¿Los hutíes renuevan sus ataques, o ya lo han hecho?
Hasta el momento, los hutíes afirmaron haber lanzado una serie de ataques contra buques de guerra estadounidenses en la región, pero el Pentágono ha afirmado haber bloqueado estos ataques, o al menos no ha confirmado ninguna baja.
Si Israel viera que los hutíes estaban muy ocupados gestionando los ataques del ejército estadounidense, convertiría la lucha entre Israel y Hamás en una batalla bipartidista por primera vez desde el inicio de la guerra.
Este es el tipo de batalla que Israel preferiría: gestionar un frente contra el eslabón más débil del eje de poder de Irán.
Tendría sentido que los funcionarios israelíes minimizaran su coordinación con Estados Unidos, mientras que los funcionarios estadounidenses han sido más contundentes al respecto en el Wall Street Journal.
Política y militarmente, Israel quiere mostrarse lo más independiente y fuerte posible; y, en definitiva, Israel siempre emprenderá acciones militares en sus fronteras si considera que la seguridad nacional lo exige.
La siguiente pregunta es si Israel está conteniendo parcialmente una invasión terrestre para seguir vigilando cualquier respuesta de los hutíes, si el retraso de la invasión terrestre es para dar a Hamás la oportunidad de aceptar la oferta israelí de negociaciones con rehenes, o si se trata simplemente de una estrategia táctica continua para enviar soldados después de que la fuerza aérea allane el camino.