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Las principales reglas para prevenir daños en tus riñones

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Los riñones son órganos claves para el correcto funcionamiento del organismo. Entre sus funciones principales se encuentra: eliminar los desperdicios de la sangre y el exceso de agua en forma de orina, y mantener el equilibrio de sustancias químicas en el cuerpo, como el sodio, el potasio y el calcio. Además, los riñones sintetizan hormonas que ayudan a controlar la presión arterial y estimular la médula ósea para la producción de glóbulos rojos.

En la Argentina 1 de cada 8 personas adultas padece algún grado de enfermedad renal crónica, lo que equivale a más de 5 millones de argentinos. Se estima que sólo 1 de cada 10 personas sabe que padece la enfermedad.

“Notamos una falta de conocimiento en la comunidad sobre los riñones, su funcionamiento y aquello que los afecta, sobre todo de lo que llamamos enfermedad renal crónica (ERC)’’, explicó el doctor Guillermo Rosa Diez, presidente de la Sociedad Argentina de Nefrología (SAN). En ese sentido, el experto advirtió que los controles son esenciales ya que los primeros síntomas son silenciosos y se manifiestan recién cuando la enfermedad ya está avanzada.

Para difundir la importancia de cuidar la salud renal, cada 10 de marzo se celebra el Día Mundial del Riñón, este año bajo el lema: “Cerremos la brecha del conocimiento, para una mejor atención de la enfermedad renal”. El mensaje hace foco en la importancia del acceso a la información para prevenir enfermedades renales, el diagnóstico precoz y, en consecuencia, disminuir la mortalidad asociada a la enfermedad.

En esta fecha, desde la SAN, buscan generar mayor conocimiento para la prevención en la salud, convocando a la población en general a realizarse chequeos para monitorear sus riñones, adoptar una dieta sana y estilos de vida saludables.

Si bien las principales causas de ERC son la diabetes y la hipertensión arterial (HTA), es importante considerar “los antecedentes familiares, el diagnóstico apropiado de otras causas, así como también el abuso de antiinflamatorios esteroides”, explicó el doctor Carlos Bonanno, vicepresidente de la SAN.

Para determinar la salud renal de una persona hay que realizar un análisis de sangre con medición de creatinina y un análisis de orina. Los resultados permiten llegar a un diagnóstico precoz de la enfermedad renal, en el caso de que la hubiera. “Sumado a la medición de la presión arterial y un examen de glucemia (azúcar en sangre) se descartan las dos causas principales de ERC, como hipertensión arterial y diabetes”, expuso la Dra. Marina Papaginovic, tesorera de la SAN.

Es importante resaltar que estos estudios deberían realizarse, particularmente, en pacientes con hipertensión arterial, diabéticos, con antecedentes familiares de ERC y/o mayores de 65 años.

Se calcula que más del 10% de la población adulta mundial tiene algún grado de enfermedad renal crónica, y que más de 2 millones de personas en todo el mundo reciben tratamiento de reemplazo renal con diálisis o con un trasplante de riñón, aunque muchas más personas necesitan tratamiento pero no lo reciben. La mortalidad por enfermedad renal continúa en aumento, es por eso que se estima que será la quinta causa de muerte en el año 2040.

Las 10 reglas de oro para la salud renal

Como la mayoría de las enfermedades renales no se manifiestan o no presentan síntomas hasta muy avanzada su situación, lo que disminuye las chances de recuperación, la Sociedad Argentina de Nefrología compartió 10 claves para el cuidado de la salud renal, para ayudar en la prevención de las enfermedades renales y cuidar el buen funcionamiento de los riñones.

1- Realizar actividad física de forma habitual para mantenerse en forma y activo. El ejercicio ayuda a reducir la presión arterial y, por lo tanto, reduce el riesgo de enfermedad renal crónica. Tener en cuenta siempre coordinar el tipo de actividad y frecuencia con un médico.

2 – Controlar el nivel de azúcar en sangre. Aproximadamente el 50% de las personas con diabetes desarrollan algún grado de daño renal, por lo que es importante que se practiquen exámenes regulares para chequear y monitorear el funcionamiento renal.

3 – Controlar la presión arterial, ya que es la causa más común de daño renal. Aproximadamente 9 de cada 10 personas con Enfermedad Renal Crónica tienen presión arterial alta. Asociada a otros factores como diabetes, colesterol alto y enfermedades cardiovasculares, la presión arterial es peligrosa para el riñón.

4 – Seguir una alimentación saludable, rica en vegetales y controlar el peso, tratando de mantenerlo en los parámetros adecuados según indicación médica. Esto ayuda también a controlar la diabetes y otras enfermedades cardíacas que acompañan el daño renal. Llevar una dieta balanceada es posible, se puede incluir todos los grupos de alimentos, preparaciones preferentemente caseras y acompañarse de un bajo consumo de alimentos ultraprocesados, sodio, y azúcares simples.

5 – Reducir el consumo de sal. El consumo excesivo de sal aumenta la presión arterial, que a largo plazo puede llevar a problemas renales. Hay que tener en cuenta que la misma también está presente en productos ultraprocesados. Se aconseja elegir alimentos preparados de forma casera y condimentar con hierbas aromáticas.

6 – Hidratarse. El consumo de agua, alrededor de 1,5 o 2 litros por día, puede reducir el riesgo de deterioro de la función renal. Se aconseja tomar más líquido en días de mucho calor, luego de una actividad física intensa o en casos de fiebre, diarrea o vómitos, ya que su pérdida es mayor.

7 – No fumar. El tabaquismo altera la vasculatura renal y potencia fuertemente a los otros factores de riesgo como dislipidemia, hipertensión arterial y diabetes en generar insuficiencia renal, además de aumentar el riesgo de cáncer de riñón.

8 – No utilizar fármacos que puedan dañar los riñones, como los antiinflamatorios no esteroides. Si hay una enfermedad renal de base y se toman de forma habitual o prolongada pueden afectarlos. Es muy importante no automedicarse.

9 – Realizar chequeo de sangre y orina para analizar el funcionamiento renal si presentan factores de “alto riesgo” como diabetes, hipertensión arterial, obesidad, o si hay miembros de la familia que padezcan una enfermedad renal y/o antecedentes.

10 -Tener presente que todo lo que afecta al corazón también afecta a los riñones. Y por supuesto, la consulta médica ante cualquier duda o para un monitoreo habitual.

 

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