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Leonardo Cositorto: El perfil del común estafador de esquema Ponzi

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Leonardo Cositorto era un coach ontológico de la llamada Generación Zoe, una maquinaria inventora de sueños que atrapaba a los más ilusos con promesas de obtener riquezas inconmesurables en poco tiempo.

De acuerdo a las agencias internacionales que reseñan su accionar, Cositorto predicaba de manera constante su forma de alcanzar el éxito mediante inversiones estrafalarias.

El engaño consistía en ofrecer servicios de coaching ontológico y educación financiera mediante contratos.

Cada persona debía aportar 2,000 dólares, los cuales quedarían estáticos por un año. No obstante, a cambio recibirían un 7,5 por ciento en dólares cada mes.

Es a partir de ahí que entra el llamado esquema Ponzi, ya que cada persona que decidía entrar era advertida de que para crecer dentro de la maquinaria necesitaba ingresar a otras dos personas, y así sucesivamente; esas dos personas tendrían que ingresar otros pares, cada una, hasta alcanzar la cúspide de inversionistas.

Cositorto era prófugo de la Justicia argentina y estaba acusado de estafa y asociación ilícita. Sin embargo,  fue detenido hoy en República Dominicana.

El desarrollador informático y administrador de sistemas Javier Smaldone, una de las personas que a través de Twitter más ha ayudado a investigar y difundir el caso, explicó que Cositorto salió ilegalmente de República Dominicana para ir a Colombia.

Por donde se movió por varias ciudades antes de regresar al país caribeño.

Con la captura de Cositorto ahora solamente queda un prófugo de la causa contra Zoe. Se trata del ex juez Héctor Luis Yrimia, director jurídico del entramado.

Generación Zoe actuó en numerosos países, entre ellos España, donde sus líderes, los hermanos eldenses Daniel y Camilo Paterna también están detenidos.

El montante total de dinero que Zoe recaudó solo en la provincia española de Alicante asciende a más de 3,5 millones de euros.

¿Qué es el esquema Ponzi?

Un esquema Ponzi es el nombre dado a un sistema utilizado en los años veinte por el italiano Carlo Ponzi consistente en la obtención de ganancias para un grupo inicial de inversionistas a partir del dinero aportado por los nuevos, generándose cada vez más beneficios si crece la cantidad de personas que son reclutadas para formar parte del mismo y ofreciendo retornos a las inversiones de unos con las inversiones de otros, hasta que eventualmente se produce un colapso en el que muchos quedan engañados.

Dirigida a un público con poco conocimiento de finanzas, esta operación promete alta rentabilidad en poco tiempo y sin documentación, y como usualmente está vinculada a alguna empresa o negocio no registrado y con poca o ninguna regulación, los riesgos para el que se involucra son muchos.

Para que esto funcione (siempre de forma temporal), necesita de la credulidad e ingenuidad de personas cuyo razonamiento casi siempre se ve opacado por el deseo de dinero rápido.

Y es cierto que muchos ganan. Por eso siguen surgiendo pirámides y por eso tantos testimonios de gente feliz y emocionada, pero el precio moral y ético a pagar por esos privilegiados es muy alto: la estafa de muchos otros que han quedado, como consecuencia de las promesas de este negocio, en la bancarrota.

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