Libro de Esteban Cabrera destapa el pacto secreto de Las Cláusulas de Ocupación Mínimas y encierro de negros y latinos

Entre 2023 y 2025, GEO Group y CoreCivic invirtieron más de 6 millones de dólares en lobby federal, canalizando fondos hacia legisladores republicanos, demócratas y financiando campañas presidenciales. Las mismas empresas que lucran con cada arresto, redactan leyes y las entregan a legisladores para su segura aprobación en el Congreso para garantizar las cárceles llenas, cómo la Ley "Three Strikes y la Guerra contra las Drogas.
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NUEVA YORK: El nuevo libro del director del periódico El Faro Latino y autor dominico-estadounidense, Esteban Cabrera, “Venta de Prisiones en EE.UU. El Otro Wall Street”, lanza una advertencia demoledora contra uno de los pilares más siniestros del sistema penitenciario privatizado en Estados Unidos. “Las Cláusulas de Ocupación Mínima”. Estas cláusulas, incluidas en contratos entre gobiernos estatales y corporaciones carcelarias como CoreCivic y GEO Group, garantizan ingresos corporativos a costa de mantener celdas llenas, incluso si no hay delitos. Es decir, que el estado debe apresar a sus ciudadanos aunque no hayan cometido delitos violentos. “Las celdas deben estar llena o pagar.”

¿Cuál ha sido el resultado? Millones de negros,  latinos y los más pobres del país han sido racializados y han pagado un precio del que ya no le quedó ni el menudo para devolver.

En su libro, Venta de Prisiones en EE.UU. El Otro Wall Street, Cabrera explica que estas cláusulas obligan a los estados a mantener tasas de encarcelamiento artificialmente altas. De no alcanzarse el número mínimo de reclusos pactado (entre 80% y 100% de ocupación), los gobiernos deben compensar a las empresas privadas por cada cama vacía. En la práctica, esto significa miles de afroamericanos y latinos encarcelados innecesariamente, no porque sean un peligro, sino porque representan ingresos garantizados.

“No es rehabilitación, es reciclaje humano”, afirma uno de los testimonios incluidos en el libro, el de Manuel L., exrecluso de una prisión privada en Georgia, donde pasó 18 meses sin acceso a programas educativos ni apoyo psicológico.

El libro documenta cómo, en estados como Arizona, Colorado y Mississippi, se han pagado millones en penalidades por no llenar las celdas. Solo entre 2010 y 2012, Arizona desembolsó más de 3 millones de dólares por camas vacías. Colorado pagó otros 2 millones en un solo año. Y aunque muchos contratos no son públicos, estimaciones realistas sugieren que el total nacional podría superar los 20 millones de dólares en la última década.

Pero el costo más devastador no se mide en dólares. Se mide en familias rotas, comunidades desestabilizadas y oportunidades truncadas. El encarcelamiento forzoso ha perpetuado la exclusión de afroamericanos y latinos del mercado laboral, del sistema educativo y del derecho a una vida digna.

Esteban Cabrera no se limita a exponer cifras, construye una narrativa documentada y dolorosa sobre cómo la lógica de mercado aplicada a la justicia penal ha distorsionado por completo el propósito del sistema. Lejos de rehabilitar, estas cárceles privatizadas castigan el color de piel, la pobreza y la marginalidad. Un joven negro con un delito menor tiene hoy más probabilidades de ser encerrado que de recibir una segunda oportunidad.

Mientras tanto, las empresas responsables destinan millones al cabildeo político. Entre 2023 y 2025, GEO Group y CoreCivic invirtieron más de 6 millones de dólares en lobby federal, canalizando fondos hacia legisladores republicanos, demócratas y financiando campañas presidenciales. Las mismas empresas que lucran con cada arresto, redactan leyes y las entregan a legisladores para su segura aprobación en el Congreso para garantizar las cárceles llenas, cómo la Ley “Three Strikes y la Guerra contra las Drogas.

“Venta de Prisiones en EE.UU. El Otro Wall Street es más que una investigación, es un llamado urgente a desmontar un sistema que ha mercantilizado el castigo. Cabrera no deja lugar a dudas, las cárceles privadas no son más eficientes ni más baratas, como prometieron sus defensores. Son simplemente más rentables para unos pocos, y más destructivas para millones.

“El problema no es solo cuánta gente encarcelamos, sino a quién encarcelamos, por qué lo hacemos y quién se beneficia al final”, recuerda Cabrera, citando a la activista Bryan S.

Este libro es lectura obligada para legisladores, académicos, periodistas y ciudadanos que no están dispuestos a aceptar que la justicia pueda ser privatizada. Porque si el crimen baja pero las cárceles siguen llenas, entonces el negocio no es la justicia, es la injusticia estructurada.

Disponible muy pronto en librerías independientes y plataformas digitales.
Una publicación de conciencia. Una denuncia que no puede ser ignorada.

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