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Llorando sargento dominicano testifica contra supremacistas que asaltaron capitolio y estaba dispuesto a morir defendiendo la constitución

“Entré a las fuerzas del orden cuando tenía 25 años”, añadió. “Con mi testimonio estoy buscando que se haga justicia, porque la mayoría de los estadounidenses siguen rechazando el ataque al congreso”.
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NUEVA YORK._ Llorando, el sargento dominicano Aquilino Gonell, que forma parte de la policía que protege el capitolio (edificio del congreso de Estados Unidos), testificó el martes entre lágrimas contra los supremacistas blancos seguidores del ex presidente  Donald Trump, que el 6 de enero asaltaron el hemiciclo legislativo, diciendo que siempre estuvo dispuesto a morir para defender la constitución, la democracia y  la entrada que protegía en el edificio.

Gonell, también veterano del ejército (US Army) quien ha sido considerado como un héroe americano por su participación en la guerra en Irak,  fue severamente golpeado y explicó que otros oficiales también fueron atacados con fiereza, cuando los asaltantes del capitolio usaron armas, objetos contundentes y diferentes tipos de  espray que  rociaron en las caras de los policías.

Describió, leyendo su testimonio ante un panel de la Cámara de Representantes dirigido por la presidenta Nancy Pelosi y transmitido en vivo por la plataforma Public Broadcasting Sistem (PBS), que cubre las audiencias del congreso, las atrocidades cometidas por los fanáticos de Trump.

“Cuando me enrolé en el ejército y la policía juré defender con mi vida la constitución y las leyes de los Estados Unidos, y eso fue lo que hice, estando dispuesto a morir defendiendo esa entrada al capitolio”, agregó el sargento dominicano.

Entre sollozos y lágrimas, Gonell relató que emigró adolescente  a Estados Unidos desde la República Dominicana en busca de mejores oportunidades, las que pudo encontrar.

“Entré a las fuerzas del orden cuando tenía 25 años”, añadió. “Con mi testimonio estoy buscando que se haga justicia, porque la mayoría de los estadounidenses siguen rechazando el ataque al congreso”.

Narró que llegó al ejército de los Estados Unidos cuando estudiaba en el colegio comunitario donde fue reclutado y luego de estar en la guerra de Irak, pasó a la policía.

Reveló que el 23 de julio de 1999 día de su cumpleaños 24, levantó su mano derecha para jurar defender y proteger la constitución de los Estados Unidos, “porque este país me ha dado todas las oportunidades para llegar a lo que he querido después de aterrizar en el aeropuerto John F. Kennedy”.

Dijo que también se ha criticado y él se pregunta por qué en el asalto participaron oficiales de la ley de diferentes ciudades como policías de Nueva York y que ninguna de las agencias que están obligadas a defender a sus compañeros, respondieron para repeler el ataque.

“Nosotros, los policías encargados de proteger el capitolio, respondimos y asumimos la protección de los miembros del congreso, senadores y congresistas”, narró el sargento Gonell.

“Perdimos a oficiales que estuvieron en la línea del frente defendiendo la democracia”, afirmó.

Señaló que mucha gente fue dañada por el asalto al capitolio, sea física o emocionalmente.

“Las gráficas en fotos y videos muestran parte de lo que realmente ocurrió en  ese ataque. “Soy un inmigrante en los Estados Unidos, donde juré defender su constitución y leyes, y a pesar de mis heridas continuaré”, dijo.

Además de Gonell, otros cuatro oficiales que fueron atacados en el capitolio también dieron sus testimonios sobre el asalto armado.

Gonell, recordó haber luchado durante horas para repeler a los supremacistas que lo golpeaban con barras de metal e incluso con una bandera estadounidense y se burlaron de él con amenazas de ejecutarlo sumariamente.

“Así es como voy a morir defendiendo esta entrada”, testificó Gonell que se dijo a sí mismo en el momento en que era atacado.

Dijo a los investigadores de la Cámara de Representantes que podía sentir que estaba perdiendo oxígeno cuando fue aplastado por los supremacistas, partidarios de Trump, mientras trataba de contenerlos y proteger al capitolio y  los legisladores.

«Fue como algo de una batalla medieval», añadió Gonell. «Luchamos mano a mano, centímetro a centímetro».

 

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