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Los dominicanos llegan más joven a MLB con aumento de preacuerdos

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Los números son tan determinantes para las decisiones de béisbol como la circulación de la sangre para mantener vivo un cuerpo animal o la energía para que una economía opere en verde.

La práctica de cerrar preacuerdos temprano con prospectos en América Latina llegó como una respuesta para los clubes burlar las restricciones al gasto que le impuso la Major League Baseball a partir de 2012 y una década después hay datos que respaldan el trabajo de los escuchas.

La media de edad se ha reducido en un año entre los jugadores dominicanos que han llegado a la Gran Carpa que fueron firmados a partir de 2013. Los 109 jugadores que han llegado a la fecha firmado con el sistema de presupuesto ajustados tenían 22.9 años.

Cuando se compara los 269 criollos que treparon al Big Show firmados una década antes (2002-2012) la data de Baseball-Reference dice que tenían 23.9 años a la hora de tomarse el primer café ligamayorista. En ningún caso se incluye a los jugadores reclutados a través del sorteo aficionado de los Estados Unidos.

Del grupo reclutado bajo el sistema de hard cap o presupuesto cerrado casi un 40% llegó con menos de 22 años. Fueron 43 de los 109, incluyendo nueve con 20. Es decir, firmaron a los 16, debutaron como profesional a los 17 y al cumplir su quinta campaña bajo control del club ya estaba listo para nadar en las aguas profundas de la MLB.

Entre esos fenómenos juveniles figuran Fernando Tatis Jr., Juan Soto, Vladimir Guerrero Jr., Wander Franco y Rafael Devers.

De los 43 que llegaron con 24 años o más hay 36 que eran lanzadores, firmados sobre los 18 años.

«No es fortuito que en otros deportes, como el fútbol, los talentos se identifiquen bien temprano, ya a los 12-13 años están en las academias del Real Madrid, del Barcelona, en Brasil y Argentina», dice un escucha. «Es cierto que hay muchos jugadores que desarrollan más tarde, pero la mayoría muestra condiciones temprano».

Queda por verse la duración de las carreras de este grupo, una que aumentó en cada una de las últimas tres décadas.

Si los 81 jugadores que su carrera transcurrió entre 1987 y 1996 tuvo una media de dos años y 10 días de servicio los 165 que jugaron entre 1997 y 2006 subió ligeramente a dos años y 24 días. El grupo que lo hizo entre 2007 y 2016, que totalizó 249 hombres, subió a tres años y 30 días.

Razones para firmar

La ventaja económica que los clubes siguen viendo es que ofrecer un contrato a un niño a temprano es un anzuelo con muchas razones para aceptar. Lo liberan del estresante proceso de exhibirse a las otras 29 organizaciones, reducen el riesgo de lesiones y, en la mayoría de casos, tienen un buen dinero asegurado.

Quienes se resisten a aceptar se exponen a que los clubes agoten las partidas asignadas y si no encuentran otra oferta similar tener que aceptar un bono menor.

Primero pre-pandemia

Eury Pérez, un lanzador derecho tan alto como Jack Michael Martínez (6´8 pies), debutó el pasado viernes con los Marlins de Miami y se convirtió en el dominicano 893 que llega a las Grandes Ligas desde que Osvaldo Virgil en 1956.

Pérez firmó en julio de 2019 por un bono de US$200,000 con 16 años y el cierre de 2020 por el Covid-19 retrasó su debut profesional hasta 2021.

Su estreno representa el primer reclutado duartiano de su promoción que se gradúa. De hecho, solo el cubano Yennier Cano (que tenía 25 años al momento de firmar) es el otro que ha debutado (2022) entre los 967 jugadores internacionales firmados en el año fiscal 2019-2020.

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