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Los emblemáticos taxis amarillos de NY al borde de la bancarrota

El gremio denuncia ser víctima de una burbuja financiera que creció alrededor de la concesión de licencias y que ahora ha pinchado. No ganan lo que les prometieron, ni las licencias valen lo que les costó en su día, según el sindicato New York Taxi Workers Alliance
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NUEVA YORK.- Víctor Salazar es uno de los 6.000 taxistas de Nueva York atrapados en la apuesta que hicieron hace años para conseguir su sueño americano: adquirir una licencia del emblemático taxi amarillo contrayendo deudas astronómicas.

El gremio denuncia ser víctima de una burbuja financiera que creció alrededor de la concesión de licencias y que ahora ha pinchado. No ganan lo que les prometieron, ni las licencias valen lo que les costó en su día, según el sindicato New York Taxi Workers Alliance.

De 2004 a 2014, el New York City Hall concedió las licencias, conocidas como ‘medallions’, a través de subastas. Intermediarios financieros facilitaban préstamos a los inmigrantes (el 90% de los taxistas neoyorquinos) para que pujaran por una licencia. Anteriormente tenían un precio fijo de unos 200.000 dólares.

El valor de las licencias se desploma

Con este nuevo sistema, alcanzaron el millón de dólares. Ahora, con la competencia de los vehículos VTC, se han devaluado, de nuevo valen entre 150.000 y 200.000 dólares. Pero aquellos que las adquirieron cuando estaban por las nubes (un tercio de la flota) no tienen más remedio que seguir pagando por ellas cuatro veces más que el valor actual de mercado.

De modo que no pueden venderlas para deshacerse de la deuda, nadie se las compraría a ese precio. Además, desde la llegada de Uber y Lyft, aún es más difícil pagar el crédito. Si hace unos años se sacaban 45 dólares/h, ahora aseguran no llegar a los 20 dólares/h.

Desorbitados precios en las subastas

La New York Taxi Workers Alliance acusa al consistorio de inducir esta crisis estableciendo precios mínimos en la subasta de hasta 800.000 dólares, incluso cuando los VTC ya habían entrado en la ciudad.

Algunos altos cargos de la New York City Taxi & Limousine Comission, la empresa municipal administradora de las licencias, como Ashwini Chhabra, fueron fichados poco después por Uber.

El colectivo culpa al consistorio de no regular este nuevo modelo de transporte durante los primeros años y de permitir el sistema de préstamos, dicen, abusivos a inmigrantes sin ingresos para pagarlos. Reprochan la alcaldía, además, haberse enriquecido a costa de su pobreza. Según el sindicato NYTWA, casi un millar de taxistas se ha declarado en bancarrota y 9 taxistas se han suicidado.

Un plan de rescate financiero

La New York Taxi Workers Alliance, liderada por su fundadora, considera que las autoridades locales les deben un rescate financiero que estima en 2.7 millones de dólares.

El New York City Hall asegura no poder asumir el coste, así que el colectivo ha presentado su plan ante el Congreso, apoyados por la congresista de Nueva York, Alexandra Ocasio-Cortez que ha abanderado la su lucha en el terreno político.

El plan que presentaron consiste en que la recompra de los préstamos, la refinanciación de la deuda al coste actual de las licencias y la condonación la diferencia.

Uno de los iconos del paisaje urbano de la capital del mundo está en riesgo de colapso y muchos de sus conductores viven, por muchas carreras que hagan, atrapados en un círculo vicioso que siempre conduce a la pobreza.

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