Más de 100 bases de taxis dominicanas y latinas han cerrado en NY desde 2015 por operaciones de Uber y Lyft
NUEVA YORK._ Más de 100 bases de taxis livery (sin medallón), la mayoría de capital dominicano han cerrado sus puertas en los cinco condados de la ciudad, desde 2015, por las operaciones de Uber y Lyft, empresas de transporte por aplicaciones que son sus bajos precios y los privilegios que gozan por parte de la Comisión de Taxis y Limosinas (TLC), manejada por el alcalde, se han visto obligadas también a reducir drásticamente la nómina de sus choferes afiliados.
Las estadísticas de la TLC, indican que este año, 46 bases ubicadas en el Alto Manhattan, El Bronx, Brooklyn, Queens y Staten Island, las principales zonas urbanas de la ciudad, han salido del mercado al no poder soportar los altos costos operacionales, las multas de miles de dólares del ayuntamiento ni el asedio de los oficiales de la agencia que aplican las leyes y regulaciones.
La industria livery, que una vez se vio como una de las florecientes y rentables de Nueva York, similar a los taxis amarillos, (con medallón), también se ha visto afectada por las tarifas de los llamados Boroughs Taxis o carros verdes.
Los datos oficiales revelan que hubo cerca de 22.000 taxis livery en Nueva York en 2015, y hay aproximadamente 9.600 ahora, de acuerdo con la TLC.
Las bases livery, también ofrecen viajes a los aeropuertos.
En 2018, el Comité de Transporte del Concejo Municipal, dirigido por el concejal dominicano Ydanis Rodríguez, un ex taxista livery, limitó el número de licencias de vehículos con el objetivo de descongestionar las calles de la ciudad y para supuestamente aumentar las ganancias de los choferes.
La mayoría de las bases, han tenido que abrir negocios colaterales en los locales en los que operan como salones de eventos, talleres de reparación y mecánica, barberías y agencias de viajes y envíos, y hasta cafeterías y restaurantes para poder ayudarse con el pago de la renta.
La medida está favoreciendo a Uber y Lyft que están exigiendo licencias propias y ser exoneradas del pago de impuestos y otros recargos.
Esas empresas alegan que no pueden sustituir a los choferes que se retiran o abandonan el oficio para dedicarse a otros trabajos.
Bases como Súper Class en El Bronx, Riverside y Seaman en el Alto Manhattan, y otras, tuvieron que reducir la cantidad de sus choferes y flotillas de entre 300 a 400 a 250 y menos.
Muchos de los representantes de las bases livery, vaticinan que están a las puertas de una crisis nunca antes vista en perjuicio de esa industria.
La entrada de Uber y Lyft forzó a que las bases más grandes, como Riverside, Firts Class, High Class, Elegante y otras, tuvieran que modernizar sus sistemas y adecuarse al desarrollo tecnológico y digital, con el uso de tabletas en vez de los antiguos radios y aplicaciones celulares, a través de las cuales, informan al pasajero el tiempo de llegada y las características del carro, como el color y el modelo.
También han tenido que establecer un sistema compartido de pasajeros que van a recoger.
La situación, afecta a las comunidades marginadas especialmente en barrios de inmigrantes, cuyos usuarios son el soporte principal de las bases sin medallón.
Muchas familias incluso, confían la transportación a las escuelas y los médicos a esas empresas, mientras los taxis amarillos y verdes, escasamente se mueven en áreas como el Alto Manhattan, el Sur de El Bronx y confines de Brooklyn, Queens y Staten Island.
Empero, y a pesar de que las bases livery están usando avanzadas herramientas tecnológicas, mantienen un servicio personalizado y familiar, con los operadores en cabinas, conocidos en inglés como “dispatchers”, lo que no hacen Uber y Lyft, por no tener locales abiertos.
El portavoz de la TLC, Allan Fromberg, dijo que el debate sobre el otorgar licencias especiales a los taxistas de Uber, está comenzando.
El comisionado interino de la agencia, William Heinzen, TLC, admitió hace unos días en una audiencia del Comité de Transporte del ayuntamiento que los taxis livery atraviesan un momento difícil, pero aseguró que están exceptuados de algunas de las nuevas regulaciones que afectan el servicio por aplicaciones, como el límite de cuánto tiempo sin una tarifa en áreas establecidas y los requisitos para la obtención de datos de sus viajes en las congestionadas calles de Manhattan.
El funcionario afirmó que la TLC ha reducido las penalidades a los taxistas livery y que está de acuerdo con que se discuta y revise la situación de esa industria.
El concejal Rodríguez, está reclamándole a la alcaldía que anule las deudas por multas de millares de dólares impuestas a los taxistas livery por los policías de la TLC.
Rodríguez, mantiene la posición de también exigir respeto y consideración para los choferes de esa industria.
Alix Anfang, una portavoz de Uber, dijo que la compañía no está a favor de una licencia especial para los taxis livery.
‘Aunque estamos de acuerdo con que las medidas del alcalde Bill de Blasio, están perjudicando a los conductores en toda la ciudad, esta propuesta limitaría la oportunidad y decisión de los choferes de asociarse con diversas bases y empresas», dijo.
Otra de las regulaciones de la TLC que limita el alcance operativo de los livery, es la de que sus choferes no pueden recoger pasajeros en las calles, sin que se les haya asignado zonas específicas como a los verdes.
La TLC argumenta que permitirlo afectaría la seguridad pública.
Hasta ahora, los taxis amarillos son los únicos autorizados para recoger pasajeros en cualquier zona de Manhattan, mientras los verdes lo hacen en áreas designadas, que excluyen las zonas turísticas y los hoteles de la ciudad.