Más de 132 narcos muertos en la operación policial más letal en la historia de Brasil
RÍO DE JANEIRO, BRASIL. – La Policía de Río de Janeiro ejecutó este martes un megaoperativo contra el crimen organizado en los complejos habitacionales de Alemão y Penha, bastiones del grupo criminal Comando Vermelho (Comando Rojo).
La intervención, denominada Operación Contención, derivó en violentos enfrentamientos que dejaron decenas de personas muertas y un saldo aún por confirmar, según informaron las autoridades estatales.
Durante el despliegue, 2,500 agentes de policía y militares, apoyados por helicópteros, vehículos blindados, drones y maquinaria pesada, irrumpieron en las favelas con el objetivo de capturar a los líderes criminales y frenar la expansión del Comando Vermelho, una de las organizaciones delictivas más poderosas de Brasil y Sudamérica.
La acción se llevó a cabo tras más de un año y medio de investigaciones y 60 días de planificación, según el comunicado oficial.
Los delincuentes respondieron con granadas, drones armados y fusiles de alto calibre, lo que convirtió las calles de Río en un campo de batalla. El Gobierno confirmó la incautación de 72 fusiles y grandes cantidades de droga, además de la detención de decenas de sospechosos.
En una conferencia de prensa, el gobernador Claudio Castro defendió la ofensiva y aseguró que el Estado seguirá “firme en la lucha contra el crimen organizado”, al que definió como un acto de “narcoterrorismo”. “Ya no estamos ante simples delincuentes, sino ante terroristas que usan tácticas de guerra urbana”, enfatizó el mandatario.
El Comando Vermelho, fundado en la década de 1970 como un grupo de autodefensa de presos, se consolidó en los años 80 mediante alianzas con los cárteles colombianos, expandiendo su dominio al tráfico de cocaína y convirtiéndose en una red con influencia nacional e internacional. Actualmente, mantiene su poder en los barrios marginales de Río y en las cárceles del país, según la organización Insight Crime.
Autoridades brasileñas sospechan que el grupo obtiene su armamento a través de redes internacionales de tráfico y antiguos vínculos con organizaciones criminales, incluidas las extintas FARC de Colombia.
La operación se produce en un momento de alta visibilidad internacional para Río de Janeiro, que la próxima semana será sede de la cumbre mundial C40 de alcaldes y del Premio Earthshot, eventos que atraerán a líderes globales, celebridades y figuras políticas como el príncipe William. Además, Brasil se prepara para recibir en noviembre la COP30, la cumbre climática de la ONU que se celebrará en Belém, en la Amazonia.
Este tipo de operativos suelen intensificarse antes de grandes eventos internacionales. Río, que fue sede del Mundial 2014, los Juegos Olímpicos 2016 y la cumbre del G20 de 2024, vuelve a ser escenario de violencia urbana y militarización en su intento de mostrar control frente a los ojos del mundo.
En su más reciente alerta de viaje, el Departamento de Estado de Estados Unidos advirtió a sus ciudadanos sobre el riesgo de crímenes violentos, robos y secuestros en Brasil, especialmente en Río de Janeiro, donde los asaltos “son comunes” y pueden involucrar el uso de drogas sedantes contra las víctimas.
El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, contactado por CNN, aún no ha emitido comentarios sobre la operación ni sobre la escalada de violencia que ha dejado a Río en estado de conmoción.
