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#MeTooMx promete acabar con el acoso sexual en México

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Hace 17 días que cientos de mujeres mexicanas de distintos ámbitos comenzaron a publicar sus historias de abuso junto a los nombres de sus agresores en diversas cuentas de Twitter. Apenas ahora los efectos de la brutal marejada de denuncias arrojadas por #MeTooMx  consiguen hacer eco en importantes medios de comunicación de México, generando despidos e investigaciones. ¿Podría ser este el principio de un cambio en las relaciones de poder de los mexicanos?

Este fin de semana las redes sociales y medios digitales mexicanos publican diversos posicionamientos frente a #MeTooMx.

Pero en realidad el movimiento acapara las conversaciones en México desde el 21 de marzo pasado, cuando inició la lluvia de denuncias de acoso sexual que cientos de mujeres mexicanas han hecho públicas, con lujo de detalles, desde cuentas creadas ex profeso por colectivos gremiales independientes.

Todo empezó cuando la editora Selva Hernández canceló la presentación de un libro del escritor Herson Barona, que iba a celebrarse en su librería en la CDMX. Lo hizo en respuesta a una serie de acusaciones por violencia de género.

Las denuncias contra Barona por agresiones sexuales, físicas y emocionales se multiplicaron en tiempo récord.

Él escritor intentó defenderse desde su cuenta de Twitter con un texto en el que negaba «categóricamente» haber golpeado y/o violado a las mujeres que lo acusan, ofrecía disculpas a las mujeres a las que pudiera haber lastimado emocionalmente y justificaba sus acciones por venir «de una familia rota» y de una cultura machista que normaliza conductas inaceptables.

En respuesta alguien lo acusó de gaslighteo a gran escala. Muchos de los que habían seguido la historia en Twitter se indignaron por su deslinde, sobre todo porque para entonces ya había señalamientos de terceros que aseguraban haber sido testigos de sus agresiones hacia distintas mujeres. La red explotó en insultos en su contra, hombres y mujeres condenaron por igual el abuso del presunto predador.

Este caso pasó a segundo plano prontísimo, al surgir la cuenta @MeTooEscritores que se ofreció como plataforma de denuncia para que mujeres afectadas cotidianamente por la violencia sexual, emocional, física y psicológica en el gremio literario mexicano pudieran denunciar a sus agresores, nombrarlos públicamente y permanecer anónimas para evitar ser revictimizadas o sufrir represalias.

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