Mire aquí el fracaso de la inversión millonaria de la campaña de Harris en artistas
Nueva York: Durante toda mi carrera como consultor político le he aconsejado a múltiples candidatos y funcionarios electos en EE.UU que no inviertan un solo centavo en figuras relevantes o artistas, porque estoy convencido de que la popularidad de estas figuras es muy difícil que se puedan extrapolar en votos para un candidato en unas elecciones.
Esta realidad vino a confirmarse con la candidata presidencial demócrata Kamala Harris, quien invirtió millones de dólares en artistas y figuras relevantes de la televisión, descuidando los cuadros y dirigencias locales del partido en todo del país.
Después de la debacle del partido demócrata han salido a relucir informaciones perturbadoras de las contradicciones entre las dirigencias locales del partido y la campaña de Harris, que parece andaban por líneas paralelas.
El primer escándalo se dio a conocer en los medios de prensa locales de Pensilvania, cuando Bob Brady, presidente del partido demócrata en Filadelfia, acusó públicamente a la campaña de Harris de ser la culpable de la derrota en Pensilvania.
“La campaña de Harris descuidó a Filadelfia, solo le dieron la mitad de los recursos que necesitaba el partido en esta plaza”, dijo el histórico dirigente para luego agregar: “no tenían respeto ni coordinación, no hicieron las cosas correctamente, ni siquiera tuve una conversación con “LA SENORA” (refiriéndose a Kamala Harris). Ni siquiera hicieron lo correcto en cuanto a darnos los recursos que necesitamos. ¿Y quieren culparnos?”, se preguntó Bob Brady.
“El concierto de Harris con Oprah y Leidy Gaga la noche antes de las elecciones fue una pérdida de dinero. “¿Por qué sucede esto? ¿Por un concierto al que se presentó a las 11:30 de la noche? Dame una explicación. ¿Crees que cambió la opinión de alguien? No parece”, dijo Brady a la cadena local Fox 29.
Harris pagó a Oprah Winfrey un millón de dólares en un intento fallido de ayudar a la campaña. La empresa de Winfrey recibió el 15 de octubre esa suma, según un informe del Washington Examiner, después de un evento repleto de estrellas que Winfrey organizó para la vicepresidenta en septiembre.
También Oprah Winfrey apareció en el último mitin de Harris en Filadelfia en vísperas del día de las elecciones, en donde la estrella del programa de entrevistas ofreció un inusual respaldo a Kamala Harris.
«Una fuente familiarizada con el asunto le dijo al Washington Examiner que la campaña de Harris gastó seis cifras en construir un set para la aparición de Harris en el popular podcast Call Her Daddy con el presentador Alex Cooper.»
Harris también gastó hasta 20 millones de dólares en preocupaciones sobre los estados clave en vísperas de las elecciones, según un informe del New York Post.
La campaña tuvo siete conciertos en estados clave el lunes, señaló el informe, incluidas las actuaciones de Jon Bon Jovi en Detroit, Christina Aguilera en Las Vegas, Katy Perry en Pittsburgh y Lady Gaga en Filadelfia, y una actuación de 2 Chainz en un mitin tres días antes de las elecciones en Atlanta.
En mi opinión, el dinero que una campaña gasta en artistas y figuras relevantes, pensando que la popularidad de estos se puede extrapolar a un candidato, es un grave error, porque los hechos demuestran lo contrario.
No solo Bob Brady, presidente del partido demócrata en Filadelfia se ha quejado del despilfarro de los recursos de la campaña en Pensilvania, sino que, según algunas fuentes, también los funcionarios electos locales manifestaban las mismas preocupaciones por la escasez de recursos económicos invertidos en las estructuras del partido local, mientras la campaña de Kamala Harris se encontraba en un bacanal de gastos desmedidos en artistas y personajes que no le aportaron ni un voto a la campaña y que la dejaron con una deuda superior a los 20 millones.