Noboa gana la reelección en un Ecuador

El presidente de Ecuador, quien subió en las encuestas para asegurarse un mandato acortado en 2023, fue declarado vencedor de las elecciones presidenciales con una ventaja decisiva el domingo en una contienda que mostró la fe de los votantes en sus promesas de abordar la crisis de seguridad con mano férrea.
Daniel Noboa, de 37 años, derrotó a Luisa González, de 47, la elegida del expresidente Rafael Correa.
Ambos candidatos acusaron al otro de cometer infracciones electorales durante la temporada electoral y González, en un discurso desde la sede de su partido, Revolución Ciudadana, dijo que no reconocería los resultados de las elecciones.
“Quiero ser muy clara y enfática: la Revolución Ciudadana siempre ha reconocido una derrota en las últimas elecciones cuando así lo han demostrado las encuestas, el tracking y las estadísticas”, dijo González. “Hoy, no reconocemos los resultados”.
Noboa celebró su victoria desde la ciudad costera de Olón.
“Esta jornada ha sido histórica”, dijo. “No queda ninguna duda de quién es el ganador”.
El día antes de las elecciones, Noboa declaró el estado de emergencia en siete estados, la mayoría de ellos bastiones de González, lo que suscitó el temor de que estuviera tratando de reprimir el voto entre los partidarios de González. La medida restringe las actividades sociales y permite a la policía y al ejército entrar en los hogares sin permiso.
El presidente dijo que la medida era en respuesta a la violencia en ciertas partes de Ecuador. González lo describió como un intento de frenar la participación política.
“Declarar un estado de excepción en medio de un proceso electoral por una supuesta grave conmoción interna es muy cuestionable”, dijo Mauricio Alarcón Salvador, director de la sección de Transparencia Internacional en Ecuador, quien añadió que la decisión debería ser revisada por la Corte Suprema.
Pero dijo que cualquier denuncia de fraude electoral “debe tener sustento”, algo que consideró menos probable dado el amplio margen de victoria de Noboa. “No puede ni debe ser simplemente una afirmación lanzada a la nada”.
Noboa se ha posicionado como un presidente del orden público, pero hasta ahora ha logrado resultados mínimos en la lucha contra la persistente violencia del narcotráfico y el desempleo en el país.
En los últimos cinco años, Ecuador ha experimentado una explosión de violencia vinculada al narcotráfico. Un sistema judicial plagado de hacinamiento en las cárceles, corrupción y falta de financiación se ha convertido en un terreno fértil para las bandas carcelarias aliadas con poderosos cárteles internacionales de la droga.
Este cambio ha convertido a la otrora pacífica nación de 18 millones de habitantes en un actor importante en el comercio mundial de drogas, trastornando la vida de los ecuatorianos y alterando la situación del país en una región inestable.
Al mismo tiempo, apenas el 36 por ciento de los ecuatorianostienen un empleo adecuado, según datos del gobierno, lo que convierte a la economía en una de las principales preocupaciones.
Noboa recibió el 56 por ciento de los votos, frente al 44 de González, con más del 97 por ciento de los votos escrutados el domingo por la noche, según cifras oficiales.
En una contienda que se esperaba fuese reñida, Noboa tomó una ventaja decisiva en las primeras horas de la noche. A las 8 p. m., cientos de sus partidarios se reunieron frente al consejo nacional electoral en Quito tocando bocinas, ondeando banderas y sosteniendo los emblemáticos recortes de cartón de su imagen.
En la sede cercana del partido de González, cientos de partidarios gritaban “reconteo”.
Desde 2023, el país se ha visto sacudido por el homicidio de un candidato presidencial y los asesinatos en prisión de seis hombres acusados de su muerte, así como por varios motines en las cárceles y el asedio a un canal de televisión que estaba al aire.
Para hacer frente a la escalada de la crisis, Noboa declaró el estado de conflicto armado interno el año pasado, autorizando al ejército a patrullar tanto las calles como las prisiones. Los grupos de derechos humanos condenaron sus tácticas de línea dura al considerarlas excesivas y perjudiciales.
Pero la mayor presencia de seguridad duró poco, y muchos votantes —incluso algunos que se oponen a Noboa— dicen que quieren más acción por parte de las autoridades, no menos. Los homicidios disminuyeron al principio de su presidencia, pero pronto empezaron a aumentar de nuevo.
Noboa proyectó una imagen de sí mismo en las redes sociales como el candidato del orden público, pero esa postura no se reflejó en la realidad, según Caroline Ávila, analista política ecuatoriana.
“En el día a día tú no vas a encontrar gente en las calles haciendo vigilancia”, dijo. “Pero sí vas a tener un video de TikTok recordando lo que fue la última redada”.
Noboa también trató de presentarse como el mejor representante de Ecuador en la escena mundial, haciendo hincapié en su capacidad para entablar relaciones con líderes mundiales, incluido el presidente Donald Trump.
Noboa, educado en Harvard y heredero de un multimillonario imperio bananero, asumió el cargo en 2023, después de que su predecesor convocara elecciones anticipadas en medio de un proceso de destitución.
Entró en la política por primera vez hace solo cuatro años, cuando fue candidato a un escaño en la legislatura nacional. En la contienda presidencial de 2023, consiguió ascender desde el fondo de las encuestas hasta el segundo puesto en la primera ronda de votaciones, tras una sólida actuación en un debate. Después venció a González en la segunda vuelta.
González, que ocupó diversos cargos en el gobierno de izquierda de Correa, es vista en gran medida como la representante del expresidente, una figura divisiva en Ecuador que dirigió el país de 2007 a 2017. Muchos veneran a Correa por la floreciente economía, los bajos índices de delincuencia y la inversión en salud y educación que Ecuador vivió durante su gobierno. Pero otros lo reprueban por haber sido condenado por corrupción en 2020 y por sus tendencias autoritarias.