Nuevo libro de Esteban Cabrera alerta a latinos sobre arrestos por envases abiertos y consumo de alcohol en espacios públicos

Uno de los hallazgos más contundentes del libro es el modelo económico detrás del encarcelamiento exprés por una botella abierta o consumo dentro del auto o en las aceras, aunque no haya intoxicación alcohólica es cuánto dinero facturan  las cárceles privadas que reciben entre $85 y $200 por día por cada recluso, incluso si solo permanece 24 o 72 horas detenido por una infracción menor.
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Nueva York: El periodista y escritor dominicano Esteban Cabrera lanza una nueva advertencia contundente a la comunidad latina en Estados Unidos con su más reciente libro de investigación periodística, “Venta de prisiones en EE.UU. El Otro Wall Street”, donde expone cómo la aplicación de la Open Container Law (Ley de Envase Abierto) se ha convertido en una herramienta de criminalización discrecional que afecta de manera desproporcionada a personas negras y latinas, incluso por actos menores como beber en una acera o tener una botella abierta dentro de un vehículo estacionado.

La ley, vigente en la mayoría de los estados del país, prohíbe consumir o portar envases abiertos de bebidas alcohólicas en lugares públicos o en vehículos. Aunque en apariencia se trata de una medida cívica para mantener el orden, el libro denuncia cómo su implementación severa sirve como punto de entrada al sistema carcelario privado, donde empresas como CoreCivic y GEO Group lucran con cada detención breve y de bajo perfil. “Una simple cerveza en la acera puede terminar con una celda, una multa impagable y antecedentes penales. No es un error, es un negocio”, afirma Cabrera.

Según documenta el libro, estas corporaciones han invertido millones de dólares en cabildeo político para endurecer leyes como la de envase abierto, eliminando sanciones administrativas y exigiendo arrestos obligatorios por reincidencia. Legisladores estatales, muchos de ellos beneficiarios de donaciones de campaña del sector penitenciario, han impulsado reformas que aseguran una fuente constante de arrestos menores, transformando infracciones civiles de $50 o $100 en cargos criminales.

El libro revela cómo esta maquinaria legal ha sido acompañada por alianzas con asociaciones de fiscales, sindicatos policiales y legisladores conservadores, quienes frenan sistemáticamente cualquier intento de despenalización. Además, describe cómo los departamentos de policía intensifican patrullajes en vecindarios latinos y afroamericanos, donde estas leyes son utilizadas para justificar detenciones selectivas, registros sin orden y vigilancia desproporcionada.

Uno de los hallazgos más contundentes del libro es el modelo económico detrás del encarcelamiento exprés por una botella abierta o consumo dentro del auto o en las aceras, aunque no haya intoxicación alcohólica es cuánto dinero facturan  las cárceles privadas que reciben entre $85 y $200 por día por cada recluso, incluso si solo permanece 24 o 72 horas detenido por una infracción menor. En algunos estados del sur, como Texas, Arizona o Louisiana, las tarifas pueden alcanzar los $250 por día. Esta lógica de “rotación rentable” convierte al detenido en una unidad de ingreso, sin necesidad de largos procesos judiciales ni condenas prolongadas.

Estudios citados por Cabrera indican que latinos y afroamericanos tienen hasta tres veces más probabilidades de ser arrestados por consumo de alcohol en público, en comparación con personas blancas. Una diferencia que no responde al comportamiento, sino al color de piel y al código postal. “La ley no se aplica igual en Manhattan que en el Bronx”, denuncia el autor.

Ciudades que sancionan, estados que protegen el modelo

Mientras algunas ciudades han intentado suavizar la ley, tratando el consumo público como falta civil, legislaturas estatales han bloqueado estas reformas bajo presión del lobby carcelario. En Connecticut, por ejemplo, los pasajeros aún pueden beber alcohol en el vehículo, pero un conductor con una botella abierta enfrenta hasta $500 de multa y 3 meses de cárcel.

En Ansonia, Connecticut,  el libro cita cómo un simple envase abierto puede justificar la detención de conductores y peatones por parte de la policía local, utilizando normas de orden público. Un mecanismo que, según Cabrera, alimenta la industria carcelaria privada en cada eslabón del proceso.

Libro disponible pronto

El nuevo libro de Esteban Cabrera, titulado “Venta de prisiones en EE.UU. El Otro Wall Street”, forma parte de una serie de investigaciones que documentan el impacto del encarcelamiento masivo y privatizado en comunidades latinas y afroamericanas. La obra estará disponible en librerías y plataformas digitales a partir de este verano, y será presentada en eventos comunitarios en Nueva York, Nueva Jersey, Filadelfia, Connecticut, Massachussets, Rhode Island, New Hampshire  y Washington, DC.

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