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¿Obama, Harris y Biden podrían ir a la cárcel por corrupción?

Si las futuras acusaciones contra ellos no son de índole política ni carecen de pruebas sustanciales de ilegalidad, sería improbable que enfrenten procesos judiciales por corrupción, al menos en el corto plazo.
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Nueva York: Después del esperado nombramiento del presidente electo Donald Trump, quien designó a Elon Musk y al excandidato presidencial republicano Vivek Ramaswamy para liderar el nuevo «Departamento de Eficiencia Gubernamental», los comentarios y especulaciones sobre la posibilidad de que el presidente Joe Biden, la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Barack Obama sean sometidos a la justicia han aumentado. Aún no está claro si estos empresarios se convertirán en los «pitbulls» persecutores.

A pesar de la controversia y la posible investigación sobre el uso de 240 millones de dólares en efectivo en fondos que la campaña de Biden publicó en julio antes de que Kamala Harris fuera escogida como candidata demócrata, la opinión legal está dividida sobre la legitimidad del uso de estos recursos por parte de Harris. Se deberá esperar para determinar si, después de que Biden quedara fuera de la contienda, otro candidato podría o debería haber tenido acceso a ese dinero.

La posibilidad de que el presidente Joe Biden, Kamala Harris y el expresidente Barack Obama enfrenten cargos de corrupción dependerá de varios factores, como los hechos, las pruebas disponibles y el sistema legal de Estados Unidos. Tanto los presidentes como los vicepresidentes están sujetos a la ley. Sin embargo, deben respetarse ciertos procesos y protecciones. Pero, después de lo que sucedió con Donald Trump, no se puede descartar nada.

En la opinión de muchos, los demócratas abrieron la «puerta del infierno» al permitir el uso del Departamento de Justicia contra el expresidente Trump, lo que dio lugar a un sinfín de procesos judiciales e investigaciones. Hasta 2023, Trump enfrentó más de seis procesos judiciales, investigaciones y acusaciones formales.

¿Qué necesitaría suceder para que Harris y Biden sean sometidos a juicio por corrupción?

  • Evidencia de actividades ilegales.
  • Investigación oficial.
  • Implicación directa.
  • Proceso judicial.

Protecciones legales de los expresidentes

No hay evidencia de que los expresidentes de EE.UU. gocen de una impunidad especial. El ejemplo más claro es el de Donald Trump, quien, después de salir de la Casa Blanca, enfrentó procesos legales. En este sentido, si se encuentran pruebas suficientes contra Biden, Obama o Harris por actos de corrupción, ya sea durante su mandato o en el contexto de sus campañas electorales, podrían ser sometidos a juicio una vez fuera de sus funciones. Si las futuras acusaciones contra ellos no son de índole política ni carecen de pruebas sustanciales de ilegalidad, sería improbable que enfrenten procesos judiciales por corrupción, al menos en el corto plazo.

Obama y el «gobierno profundo»

Un amplio sector republicano lleva años pidiendo la cabeza del expresidente Barack Obama, acusándolo de ser el jefe del llamado «gobierno profundo» (o «Deep State» en inglés), un concepto que hace referencia a la supuesta existencia de una red secreta de funcionarios, agencias gubernamentales o élites que ejercen un poder invisible y, a menudo, fuera del control democrático o político, operando independientemente de los gobiernos electos.

Respecto a Obama, algunos críticos de su administración, especialmente dentro del sector más conservador de la política estadounidense, han sostenido que durante su presidencia (2009-2017) se dio un ambiente propicio para la expansión de lo que ellos consideran un «gobierno profundo». Este fenómeno se vincula con la influencia de instituciones de poder no electas, como las agencias de inteligencia (CIA, FBI) y otros actores dentro del aparato burocrático federal.

La «resistencia» del gobierno profundo contra Trump

Tras la elección de Donald Trump en 2016, surgió la narrativa de la «resistencia del gobierno profundo» o «resistencia del Estado profundo», que sugería que partes del aparato gubernamental, como agencias de inteligencia y funcionarios burocráticos, se habrían opuesto al presidente Trump y a sus políticas.

En resumen, la administración de Barack Obama se convirtió en un referente para quienes creen en la existencia de una red de poder burocrático invisible. Esto refleja las dinámicas políticas y las tensiones entre los gobiernos electos y las instituciones que operan dentro del Estado. Si se comprueban estas acusaciones, Barack Obama podría enfrentarse a investigaciones y juicios en los tribunales.

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