Percusionista venezolano y su madre sobreviven al derrumbe del Jet Set

El Percusionista Carwin Molleja y su madre sobrevivieron al colapso en Jet Set. El músico lamenta no haber podido salvar a su amiga atrapada entre los escombros.
Lo que prometía ser una noche de alegría y reencuentro se transformó en una tragedia para Carwin Javier Molleja, un percusionista venezolano que asistió al evento “Lunes de Merengue” en la discoteca Jet Set, en Santo Domingo.
Carwin había invitado a su madre para celebrar juntos, luego de tres años sin verse. Ambos estaban emocionados por ver en vivo al famoso cantante Rubby Pérez, sin imaginar que esa noche terminaría con el colapso del techo del local y una gran tragedia.
Carwin había conseguido una invitación especial para que su madre pudiera ver a Rubby Pérez, su artista favorito. “Mi mamá pudo ver a su ídolo en persona por primera vez, pero también fue la última”, escribió Carwin en un emotivo mensaje en Instagram.
En una entrevista con BBC Mundo, Carwin relató lo que ocurrió minutos antes del derrumbe. “Vi algo caer del techo, pero nadie pensó que fuera tan grave”, recordó. Él y su madre estaban cerca del escenario disfrutando la música, cuando de repente todo se vino abajo.
Lo único que hice fue abrazar a mi mamá”, contó, mientras recordaba los gritos y el fuerte sonido del techo desplomándose sobre las personas.
Los dos fueron golpeados por partes del techo, pero por suerte no sufrieron heridas graves. Aun así, el momento fue aterrador.
Carwin trató de salir del lugar rápidamente mientras escuchaba los gritos de auxilio de las personas atrapadas. Uno de los momentos más difíciles fue cuando intentó encontrar a su amiga Jessica, quien también estaba en la discoteca.
“Las piedras eran enormes, me sentía inútil”, dijo con tristeza. Carwin buscó desesperadamente a Jessica entre los escombros, gritándole su nombre una y otra vez. No recibió respuesta. Pasaron varias horas antes de que los equipos de rescate encontraran el cuerpo de Jessica.
Para Carwin, ese momento fue desgarrador. “Fue horrible no poder ayudarla. Gritaba su nombre, pero no me contestaba”, confesó con el corazón roto.
Según él, lo que se vivió en la discoteca fue un “desastre total”. En medio de la confusión, los equipos de emergencia llegaron, pero al principio no había máquinas suficientes para remover los escombros.