“Primero Dios y después Mantequilla”, el hombre que “multiplica” el dinero
“Primero Dios y después Mantequilla”. La frase ya se ha extendido en todo el municipio Sabana Grande de Boyá, en Monte Plata. Quien no la exclama, la ha escuchado, al menos, en referencia al hombre que muchos dicen, le ha llevado felicidad y progreso a esa comunidad.
Mantequilla es el apodo de Wilkin García Peguero, un hombre de 34 años que dice ser contador y que ha ideado “la fórmula mágica” de multiplicar, casi como Jesucristo lo hizo con los peces y panes, el dinero de la gente.
Entregas un monto y en un mes o menos te devuelven con hasta el 100 por ciento en beneficios, según aseguran muchos de los que ya han hecho negocio en 3.14 Inversiones, nombre asignado por García Peguero a su compañía.
El negocio, que se asemeja a un esquema piramidal, ya está ganando atención pública y el pasado lunes el superintendente de bancos, Alejandro Fernández, se refirió a ello en su cuenta de Twitter, en la que advertía que una oferta de inversión demasiado buena, se trata de una estafa. Allí comentó: “Si usted lleva su dinero a un brujo para que se lo multiplique con magia, usted es libre de hacerlo”, pues como superintendente de bancos de República Dominicana, “hay muy poco que nosotros, o cualquier otra superintendencia, pueda hacer para evitar que usted meta su dinero donde quiera o haga con él lo que quiera”.
Fernández también decía que bajo el marco legal actual solo podía hacer la advertencia, pero cuestionaba que Mantequilla siguiera sus operaciones pese a la advertencia de que se trata “de un esquema piramidal insostenible y que se ha cancelado cualquier tipo de vínculo/interacción con el sistema bancario”.
Pero en Sabana Grande de Boyá la gente no escucha advertencias.
A las 2:00 de la tarde de ayer, la fila frente a 3.14 Inversiones era larga para una comunidad rural de unos 32,000 habitantes (según el Censo de 2010) y pese a que a esa hora una lluvia copiosa empapaba las casi intransitables calles del municipio.
Decenas de personas aguardaron debajo de las áreas abiertas del edificio de dos niveles y protegido de gruesas verjas, hasta que a eso de las 2:20 de la tarde mermó el aguacero. Entonces todos volvieron a ocupar su lugar hasta aglutinarse frente a la puerta de entrada del negocio, protegido en ese momento por un agente de la Policía Nacional y el propio dueño y fundador, García Peguero.
El hombre, vestido de ropa deportiva y tenis, explicaba que, quienes tuvieran recibo de la fecha (27 de septiembre) para entregar, fueran al día siguiente, pero los que ya estaban inscritos en la lista que fueran a la villa que les iba a pagar. “Yo tengo los cuartos pa’ llá, es”, decía mientras sostenía en la mano un talonario de recibos y un sello. También le habla sobre unos retrasos que ha tenido debido al huracán Fiona, que afectó parte del país el pasado 19 de septiembre.
A su alrededor, del griterío de la gente se escucha a algunos decir que ya tenían su cédula y su recibo dentro (de la oficina), pero no lograban pasar el cerco de la puerta.
Detrás de todos, un papel pegado a la ventana del edificio exhibía la oferta del día: 30 % en 30 días, 15 % en 15 días y 10 % en 7 días. Otro papel advierte que “si no colabora con el orden, la oferta se extenderá a 1 mes”.
En la villa, una suntuosa casa de dos niveles que García Peguero dice alquilar para algunas ocasiones, la aglomeración de personas es similar.
Entre los que hacen filas está Juan Carlos Payano, quien asegura ha invertido tres veces, la primera vez fueron 70,000 pesos al 30 %, luego sumas mayores, que fueron al 50 % y al 100 %. A cambio de un 100 %, invirtió 500,000 pesos y asegura que siempre le cumplieron y que, gracias a lo ganado, logró avanzar la construcción de su casa que ya tiene plato.
Algunos de los presentes expresan, como perros rabiosos en defensa del amo, que si se meten con Mantequilla, Sabana se pondrá peor que Haití. Muchos corean que después de Dios, Mantequilla, y que el hombre ha hecho más por el municipio que todos los políticos juntos.
“Es el único que ha ayudado a este pueblo, le da medicinas y le paga mensualidad a la gente para que compre su medicina, le arregla la casa, le da para estudiar…”, dice Nicolás Caraballo, un señor que dijo haber invertido 3,000 dólares que le envió su hija de Estados Unidos y que en 15 días le devolvieron 6,000 dólares.
La más reciente caridad fue la compra de una ambulancia supuestamente para el pueblo, pero que García Peguero explica que no la entregará al hospital ni a los bomberos, sino que la administrará su misma empresa a través de su oficina de responsabilidad social, para evitar que las autoridades del municipio “se la coman”.
La procedencia del dinero o el mecanismo de inversión con retornos tan elevados y rápidos, es una incógnita que a la gente no le interesa descifrar, pues dicen que hasta ahora a todo el que ha invertido le han respondido. Es todo lo que les importa.
Incluso, el propio alcalde el municipio, que dice no tener nada a favor ni en contra del negocio, señala que, a la fecha no se conoce de nadie a quien le hayan engañado y que él está con quien está el pueblo.
Mecánico, mensajero, chofer y…
García Peguero asegura que viene de una familia que es referente de gente seria e inteligente.
Luego cuenta que estudió contabilidad en la Universidad Tecnológica de Santiago (Utesa), que fue encargado de Impuesto del Servicio Nacional de Salud (SNS).
Que fue estudiante meritorio y que se destacó con la participación en grupos juveniles y teatrales de Sabana Grande de Boyá. También que estudió en la escuela de Artes y Oficio en Santo Domingo, donde se hizo bachiller como técnico automotriz, lo que le permitió trabajar un año en el área de mecánica.
De ese lugar, entró a trabajar como mensajero al Ministerio de Salud Pública donde pasó a ser luego chofer, auxiliar administrativo, luego analista financiero y finalmente, encargado de Impuestos del SNS. Todo ese recorrido desde 2010 hasta 2018 (no precisa las fechas), pero a la par también tuvo negocios de ventas de motores y de préstamos.
Dice que diseñó una compañía en la que hacía trámites de documentos legales, traspasos de vehículos, aunque él llevaba años estudiando un modelo económico distinto. “Es como decir la fórmula de la Coca Cola, pero en materia de inversiones. Me hice experto haciendo inversiones”.
Mandato divino
García Peguero crea, junto a un socio amigo, 3.14 Inversiones, la que dice haber formalizado hace unos dos meses, pero que lleva más de un año operando y que se basa en un “modelo matemático que nos reservamos los detalles por asunto de estrategia”. Admite su temor a la competencia.
Asegura que esa empresa es un «milagro de Dios», que es un mandato divido y que está inspirada en el versículo bíblico de Jeremías 33:3 que reza “Clama a mí y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”.
“La gente invierte y nosotros hacemos promesas de pago y le cumplimos a la gente, que la gente nunca ha tenido quejas”.
También dice que ya se han constituido en Oficina Nacional de Propiedad Industrial (Onapi), en la Cámara de Comercio y que, si han fallado en algún otro registro, ha sido por ignorancia, porque su interés es estar totalmente legal.
Incluso se presentaron ante la justicia para ponerse a disposición para que le investiguen, a raíz de unos videos que circulan en redes sociales que –asegura- son falsos.
Niega que reparta dinero todos los días desde el balcón de la vivienda como se ha comentado, pues eso lo hizo solo una vez, cuando a pedido de unos amigos tiró unos 5,000 pesos. “Imagínate cinco mil pesos de a cien, ¡cómo volaron!?”.
“Nosotros vinimos a un pueblo a traer prosperidad y progreso con nuestro modelo económico”. También dice que aquello en lo que invierte está en los estatutos de la compañía y prometió mostrarlos a este diario, pero tras buscar en un maletín negro que le alcanzó uno de sus empleados, no pudo encontrarlos.
El genio Einstein dominicano
García Peguero aclara que, en su modelo de inversión, solo pueden manejar rentabilidad de 20 % y 10 % y que los demás porcentajes fueron propaganda para atraer gente. La inversión tendría una cantidad límite, pero dice que depende, no del perfil del cliente, sino del comportamiento de mercado de aquello en lo que invierte. No tienen un mínimo de inversión, pero el máximo es de 500,000 pesos.
Habla como un político de su espíritu de servir a los demás, pero aclara que no tiene aspiraciones políticas, aunque sí a sus preferidos entre ellos. De hecho, quienes lo conocen en la comunidad, dicen que es sobrino de un viceministro de Salud Pública en la gestión de gobierno del expresidente Leonel Fernández.
Cree que el “mágico milagro” de su negocio se soporta en su inteligencia, pues se define como un genio de la finanza y la economía. El joven de Sabana Grande de Boyá cita a Andrés Oppenheimer y su libro Crear o Morir, para asegurar que él es el Steve Jobs, el Nikola Tesla o el Albert Einstein que faltaba en América Latina. Por eso para él es simple, aquello que a otros le resulta difícil, como entender qué tipo de inversión permite tantos beneficios en tan poco tiempo.