«Quiero una cerveza»: fueron las primeras palabras de un paciente con parálisis total que pudo volver a la normalidad después de un implante
Un hombre completamente paralizado pudo volver a comunicarse a través de un implante cerebral que lee las señales de su cerebro, y una de las primeras cosas que expresó fue su deseo por tomar una cerveza.
Componiendo oraciones a un ritmo de solo un carácter por minuto, el paciente de 36 años también pidió escuchar a la banda ‘Tool’ a todo volumen, que su madre le masajeara la cabeza y comer curry, todo a través del poder del pensamiento, según reveló un estudio llevado a cabo por científicos del Centro Wyss de Bio y Neuroingeniería, en colaboración con la Universidad de Tubinga (Alemania).
Además, el individuo, de identidad reservada, manifestó su amor por su hijo y le ofreció ver películas de Disney juntos. «Mi mayor deseo es una cama nueva y que mañana me vaya contigo a hacer una barbacoa», le dijo.
Estas palabras fueron posibles gracias a un grupo de investigadores de instituciones científicas suizas y alemanas que implantaron al paciente, al que se le diagnosticó untipo de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) avanzada que afecta sus capacidades motrices y lingüísticas, un dispositivo basado en la tecnología de interfaz cerebro-computadora (BCI, por sus siglas en inglés).
Los científicos implantaron de forma quirúrgica en la corteza motora del paciente dos conjuntos de microelectrodos intracorticales que se encargan de registrar sus señales cerebrales, las cuales son decodificadas por un modelo de aprendizaje automático en tiempo real, con el propósito de determinar una respuesta afirmativa o negativa.
El paciente aprendió a utilizar la neuro-retroalimentación auditiva de la BCI para confirmar o rechazar las letras del alfabeto, que eran dictadas en un tono alto por un programa ortográfico, lo que le permitió formar palabras y oraciones completas en su lengua, el alemán.
«Este estudio también ha demostrado que, con la participación de la familia o los cuidadores, el sistema puede utilizarse en principio en casa. Se trata de un paso importante para las personas que viven con ELA (esclerosis lateral amiotrófica) y son atendidas fuera del entorno hospitalario», indicó el director de tecnología del Centro Wyss, George Kouvas. «Esta tecnología, que beneficia a un paciente y a su familia en su propio entorno, es un gran ejemplo de cómo los avances tecnológicos en el campo de la BCI pueden traducirse para crear un impacto directo», agregó.
El estudio fue publicado este martes en la revista Nature Communications.