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Red Gaviota se introducía en iglesias y realizaba donaciones a ONG para captar nuevas víctimas

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Las iglesias cristianas, principalmente las evangélicas, así como las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) sirvieron como los escenarios perfectos para que los integrantes de la red Gaviota o de la empresa Invest Winner, captaran nuevas víctimas e integrarlas a la estafa piramidal con esquema Ponzi.

Según la solicitud de medida de coerción presentada por el Ministerio Público contra las 8 personas que integraban esta red, radicada en La Altagracia, el supuesto esquema fraudulento carecía de información clara y transparente sobre cómo se generan las ganancias y dónde se invierte el dinero.

Otra de las características que utilizaba este grupo es que presentaban testimonios falsos de supuestos inversores satisfechos para generar confianza y credibilidad.

Señala el órgano acusador que a menudo complicaban intencionalmente la estructura de inversión y las estrategias de trading para dificultar que los inversores comprendieran realmente lo que estaba sucediendo, a estos fines crearon una supuesta academia de trading.

Igualmente, señala que los acusados cedieron las acciones de las empresas una vez colapsa el esquema, además de desaparecer de sus domicilios habituales, mudándose desde Higüey hacia Dajabón o hacia la provincia de Azua, o saliendo del país.

La estructura criminal, que operó en el período de tiempo comprendido desde finales del año 2020 hasta septiembre del año 2022, se encontraba liderada por Rafael Martínez Batista y su cónyuge Eridania García Veloz Martínez, quienes tenían como socios en las actividades de reclutamiento y captación de víctimas, a los nombrados Héctor Aníbal Santillan Faulkner, Carlos Manuel Jiménez Mauricio, Joanna del Cristo Amparo de Jiménez, Julio Miguel Duverge García, Junior Martínez Batista, Jesús Manuel de la Cruz Pache, Yunior Ariel Espinosa Martínez, Abad de Jesús Martínez Martínez, O´neill Alberto Nivar Romero, Smarlin Alberto Nivar Romero, Ana Francisca Martínez Baustista, entre otros.

Para darle apariencia de legalidad, la estructura utilizaba distintas empresas que realizaban las actividades de intermediación, siendo identificadas hasta el momento a las empresas Investor Winner IW, S.R.L., IXI INTERMENCOM, S.R.L., Guro Investments, S.R.L., Yirewall, S.R.L., Vagary Consulting, S.R.L., Inversiones Cataleya, S.R.L., Gratia Plena, S.R.L., Ghanima Corporation, S.R.L., Taufik Investments, S.R.L., Jalizca Family Inmobiliaria, S.R.L., Inmobiliaria Luz del Ángel, S.R.L., Grupo Fasurielva, S.R.L., Antoni Carpio Pisos y Construcciones, S.R.L.

Modus operandi

El modus operandi consistía en que Rafael Martínez Batista, o algunos de los reclutadores, convocaban a las víctimas a una sesión que llamaba “entrenamiento”, que tenía lugar, en muchos casos, en las oficinas de las empresas Investor Winner IW SRL y Guro Investments SRL, ubicada en el Ensanche Quisqueya, Distrito Nacional, o en las instalaciones de Higüey, provincia La Altagracia.

Para captar estas víctimas usaban inicialmente el sistema de referencias por los que llamaban “asesores”.

También, crearon páginas web y perfiles de redes sociales, con el objetivo captar víctimas sin importar el lugar donde se encontrarán, y dar apariencia de seriedad a las empresas utilizadas en el esquema de estafa. Inmediatamente colapsó el esquema, eliminaron las páginas web y borraron el contenido de las redes sociales.

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