Respuesta migratoria de Abinader disipa acciones del sentimiento nacionalista

Nueva York. El gobierno del presidente Luis Abinader, en la República Dominicana, ha interpretado correctamente lo que se ha convertido en un sentimiento nacional que, de forma indetenible, amenaza al establishment de los partidos políticos tradicionales, los cuales han perdido conexión con el nacionalismo y la sociedad.
El presidente Abinader y su gobierno han dado en el clavo al comenzar a ejecutar 15 medidas para frenar la inmigración haitiana. Con ello, han iniciado el desmonte de un sentimiento nacional liderado por Ángelo Vásquez y su movimiento “La Antigua Orden”, el cual aspira a ocupar el vacío de liderazgo dejado por el liderazgo nacional.
Estas 15 medidas podrían poner fin a la complejidad de un sistema migratorio roto y contaminado por la rampante corrupción de funcionarios consulares y organismos de seguridad del Estado, quienes se han beneficiado del tráfico de indocumentados mediante un cruel mercado de trata de personas. Este sistema ha sido alimentado por empresarios dominicanos que fomentan la ilegalidad, provocando una crisis migratoria descontrolada cuyas consecuencias aún son impredecibles para el pueblo dominicano.
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La migración haitiana hacia la República Dominicana es un fenómeno con profundas raíces históricas, sociales, económicas y políticas. El término “descontrol migratorio” suele hacer referencia a la entrada irregular o masiva de ciudadanos haitianos al país, lo cual ha generado un creciente descontento en la población dominicana. Ese descontento ha ido evolucionando hasta consolidarse como un ‘sentimiento nacional’.
Por otro lado, La comunidad internacional ha alimentado la controversia constante sobre el derecho a la nacionalidad de los hijos de haitianos nacidos en territorio dominicano, como en el caso de la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional. Esta postura ha intentado vulnerar el artículo 18 de la Constitución Dominicana, que establece el principio de jus sanguinis(derecho de sangre). Curiosamente, la Constitución Haitiana también consagra el jus sanguinis, otorgando la nacionalidad a los hijos de padre o madre haitiana, siempre que estos no hayan renunciado a su ciudadanía. Esto deja sin efecto los argumentos de algunos organismos internacionales que consideran que los hijos de haitianos nacidos en República Dominicana son apátridas. Es decir, el término “apátridas” no aplica en este contexto.
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El incremento de la población haitiana en ciertas zonas ha generado tensiones entre comunidades locales y migrantes. Parte de la población dominicana percibe la migración haitiana como una amenaza a su identidad nacional y cultural.
Las 15 medidas tratan de evitar que escuelas, hospitales y servicios sociales en áreas con alta presencia de migrantes sigan sufrido una sobrecarga, sin el financiamiento ni planificación adecuada que ha provocado que sectores vulnerables de la sociedad dominicana compitan con los migrantes por recursos limitados, generando resentimiento.
Muchos haitianos se desempeñan en la economía informal, especialmente en la construcción, agricultura, trabajo doméstico y hotelería. Debido a su vulnerabilidad, han desplazado a trabajadores dominicanos de estos puestos, generando tensiones adicionales.
Ver aquí las 15 medidas del gobierno para frenar la migración ilegal en RD: